La portería más cara de la historia

Valencia

No parece coherente desde un punto de vista económico, ni desde un punto de vista deportivo, que un club como el Levante tenga que destinar un porcentaje de su presupuesto para indemnizar a dos guardametas con los que no cuenta desde mayo, acabe pagando un traspaso por el guardameta suplente y luego apriete en operaciones que se eternizan como la de Feddal o que se puedan romper como ya ha ocurrido en el cierre de varios mercados.

Desde hace muchos meses, Lucas Alcaraz le transmitió al director deportivo, Manolo Salvador y al presidente, Quico Catalán que no quería tener a Jesús Fernández entre los miembros de su plantilla y de hecho en invierno el Levante ya quiso incorporar a Asier Riesgo.

Sin embargo, desde el club se le citó para iniciar la pretemporada sin haber encontrado a una solución a su futuro. Ahora, a falta de una semana para que se cierre el mercado la situación se ha enquistado y el Levante tiene asumido que le tendrá que pagar la totalidad del contrato y lo enviará a la grada si tiene ocupadas las 25 fichas profesionales.

Por otra parte, Javi Jiménez que había estado cedido en el Alcorcón y  durante la pretemporada jugó varios partidos amistosos , tampoco convenció a Alcaraz que insistió en la contratación de otro guardameta tras la llegada de Rubén del Almería.

Esta semana, Javi Jiménez rescindió su contrato para firmar en el Elche y tal y como les adelantó la Cadena SER, Diego Mariño es el portero de consenso para apuntalar la meta granota.

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Lo sorprendente de esta rocambolesca historia, es que Mariño ha estado esperando durante dos meses la llamada del Levante o de un equipo de Primera que le permitiera ejecutar una cláusula, por la que podía salir cedido por una temporada a un club de superior categoría y sin coste alguno.

El Real Valladolid viendo que pasaban las semanas habló con Mariño para reconducir una mala relación que mantenía con el presidente blanquivioleta desde la pasada temporada cuando abandonó sin permiso la disciplina pucelana hasta que concretó su fichaje por el Levante.

Hace tan solo unos días, Carlos Suarez le arrancó a Mariño un compromiso por escrito para que renunciará a esa cláusula si se superaba la fecha del 15 de agosto y ahora el Levante tendrá que llegar a un acuerdo económico con el Real Valladolid por un guardameta que ya conocía y que hubiese llegado gratis.