Rumanía

Andalucía

 Si yo les digo “RUMANO”. A lo peor le produce cierto rechazo, por la presencia de algunos colectivos de esta nacionalidad con problemas de adaptación, por eso, y para derribar barreras y prejuicios, hoy queremos descubrirles un gran País: Rumanía… Este bellísimo país, conformado por casi 20 millones de personas, ha vivido durante las últimas décadas una fuerte oleada migratoria. Casi tres millones de rumanos, la mayor parte en edad laboral, se encuentran en diferentes países europeos tratando de forjarse un futuro. Rumanía, ha dado al mundo figuras como el biólogo Nicolae Paulescu, que descubrió la insulina, o la gimnasta Nadia Comăneci; realmente Rumanía es un país de contrastes en todos los aspectos, pero también una tierra de jóvenes profesionales pujantes, preparados y con grandes anhelos de superación. Sin duda, la emigración ha causado una gran pérdida para el país siendo motivo de las diversas problemáticas sociales que acarrea, por ejemplo, que 350.000 menores rumanos tengan, al menos, uno de sus progenitores en el extranjero. En España, hay 897.203 rumanos empadronados y si bien es cierto que según los datos oficiales, a enero de 2014, ese número ha descendido un 11,33 %, los rumanos siguen constituyendo el principal grupo de inmigrantes en la península ibérica. En Andalucía este patrón se repite: el 40,64% de las personas inmigrantes son de origen rumano.

 ¿Y qué se puede visitar en Rumanía?...

 Pues los Cárpatos, el Mar Negro, el Delta del Danubio, los monasterios del norte de Moldavia, las tradiciones milenarias de la región de Maramures, La Transilvania con la leyenda de Drácula, los vinos famosos, la cocina tradicional y, sobre todo, la hospitalidad de sus habitantes, todo esto significa Rumania.

 En este programa establecemos comunicación desde Rumanía con Ioana Alexandescu, profesora en la Facultad de Filología de Oradea, emigrante retornada a Rumanía, y también nos acompaña, Antonio Muñoz, empresario y emigrante andaluz, de Arcos de la Frontera (Cádiz), afincado en Bucarest….

 Pero en este “Espacio de Encuentro” contamos además cosas muy interesantes:

Únete al canal de WhatsApp de la SER

¿Cuánto se ha avanzado en la erradicación de la pobreza extrema, en la lucha contra el VIH o en el acceso universal a la educación primaria? La respuesta es agridulce. El informe en el que la ONU examina la consecución de los Objetivos del Milenio, publicado este martes a poco más de un año de que se cumpla el plazo en el que tenían que conseguirse, revela que algunas de las metas se han alcanzado. Vamos a quedarnos con lo positivo; por ejemplo la buena noticia es la reducción a la mitad del número de personas que viven en situación de pobreza extrema —con menos de 1,25 dólares al día—. Los objetivos de desarrollo sostenible que se fijarán a partir de 2015 todavía están por decidir. Pero a tenor de los resultados de los ODM, la situación de arranque será, en cualquier caso, mejor que la que había en el año 2000.

  Y otra curiosidad que hemos conocido esta semana: Según las últimas estadísticas oficiales, el número de españoles inscritos en la Seguridad Social británica creció un 42% en 2013 con respecto al año, con la incorporación de 49.900 compatriotas. En el año anterior fueron 35.000 altas. España, con una colonia estimada por la Embajada en Londres de unas 150.000 personas, es ya el segundo país que más inmigrantes aporta al Reino Unido, por detrás de Polonia, y por delante de Italia, India y Lituania. En 2009, tras el impacto del crack» de 2008, la inmigración española a Gran Bretaña entró en el «top 10» de países de origen, hasta ocupar en solo cuatro años la segunda posición.

En cuanto a las maravillosas músicas del mundo de final de programa, esta semana seguimos con Grecia, aunque en esta ocasión hablamos de un instrumento típico de la Grecia Clásica: el “Aulos”. Se trata de una flauta doble, de caña o lengüeta, que se toca soplando por la boca y la nariz a la vez. En unos tipos, los dos tubos van unidos, en otros no. Vemos como uno de ellos hace el efecto que produce el "roncón" de la gaita, ese sonido constante que sirve de acompañamiento. Era, por cierto, muy usado en el culto al dios Dionisos (Baco para los romanos), el dios de las orgías y el vino...

 La pieza la interpreta Conrad Steinmann, y se titula: "Kálamoi makroí" (Schilfaulos)