Sociedad | Actualidad

Los vecinos de Orcasitas se concentran contra el acoso

Exigen a la Consejería que asuma responsabilidades y que de soluciones a los centros del barrio

Madrid

La asamblea, convocada por la asociación de vecinos del barrio, empezó con un minuto de silencio por Arantxa, la joven de 16 años que se suicidó la semana pasada y que sufría acoso escolar por parte de un compañero en su instituto, el Ciudad de Jaén, en el distrito de Orcasitas.

Vecinos, padres y madres del instituto y también de futuros alumnos fueron tomando el turno de palabra. Todos coincidieron en su diagnóstico general: que la tragedia pone de manifiesto las condiciones de hacinamiento y la falta de medios y personal que llevan dos años denunciando a la Consejería. Les pidieron en más de una ocasión más profesores y otro orientador para poder afrontar el incremento del número de alumnos, que se duplicaron, pasando de los más de 600 que había en 2005 a los casi 1.200 que tienen ahora.

Quieren que el instituto y su director dejen de estar en el punto de mira y que la administración asuma sus responsabilidades en el suceso. Muchos están convencidos de que si la Consejería les hubiese hecho caso desde el principio, tal vez no se hubiese llegado a esta situaciónpuesto que con más personal "tal vez" habría podido detectarse antes el problema. Pero sobre todo se refieren a los oídos sordos de la administración cuando denunciaron el problema de acoso. "Yo mismo entregué los papeles", recuerda Germán, miembro de la AMPA, pero no les hicieron caso, recuerdan indignados varios padres.

Por eso leyeron una circular de la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos (FAPA) en la que exigen que se profundice en un protocolo de actuación contra el acoso en ámbitos escolares con inmediatez, que se asuman las reivindicaciones del AMPA del instituto y se solucionen los problemas de masificación, seguridad, dotación de oprientadores, educadores y profesorado, "que tan bien conocen en las autoridades educativas de la Comunidad de Madrid". Piden también, como vienen haciendo desde el lunes, que se restituya al director del centro al que ninguno considera responsable de lo ocurrido y que fue suspendido después del incidente. "Es la administración la que debe asumir su responsabilidad", sentenciaban todos.

Compartieron conclusiones y exigencias generales pero en los corrillos de padres y profesores las preocupaciones eran más concretas. Los miembros del AMPA recordaban que denunciaron el caso de Arantxa y que tienen los papeles que lo demuestran; los profesores insistían indignados en que se les ha prohibido hablar y en que sacan adelante un trabajo maravilloso en un centro muy complicado y sin el personal necesario; algunos padres comentaban con sorpresa que la administración "sigue diciendo que hay 5 psicólogos en el centro desde el viernes de la semana pasada" cuando sólo tienen tres, desde el lunes y gracias al AMPA. "Mentiras" del gobierno local, decían todos, para no asumir su responsabilidad.

Lamentaron que se acercase tan poca gente a la concentración -no llegaban a las 100 personas- pero hicieron un llamamiento y pidieron que se corriese la voz para concentrarse el martes a las 19 horas frente a la Junta de Usera. Esperan ser muchos más en esa ocasión, ya que han convocado a vecinos, plataformas y asociaciones de padres y madres de todos los centros públicos del barrio. "Este no es el futuro que queremos para nuestros hijos" y por eso "tenemos que ir a gritar un poco, para que se nos oiga", concluyeron las madres.

Un problema de todos

El problema no sólo preocupa a los padres de los alumnos del Ciudad de Jaén sino también a los padres y madres de futuros alumnos, aquellos que todavía están en el colegio pero que pronto accederán al instituto. Es el caso Esther. Su hija estudia en el colegio Meseta de Orcasitas y el año que viene pasa a secundaria. "Esta situación no sólo afecta al Ciudad de Jaén sino a todos los centros del distrito", critica y acusa a las administraciones de marcar diferencias entre unos barrios y otros: "Yo he crecido en el norte de Madrid y allí las cosas no son así", sentenció ante la atenta mirada de sus vecinos.

También Eugenia, antigua alumna del Ciudad de Jaén y madre de alumna, cree que su barrio sufre discriminación administrativa. "No por vivir en un distrito más obrero, tienen derecho a tratarnos como nos están tratando", sentenció entre aplausos. Y es que Eugenia asegura que el problema es tan antiguo que "las mesas siguen siendo las mismas que había cuando yo estudiaba allí" (en 1984) recordó mientras otros vecinos del pueblo, también antiguos alumnos, asentían con la cabeza y respaldaban su opinión con comentarios similares.

 
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