Sólo cabe uno

Cuenca

No me van a creer pero Page y Cospedal duermen juntos. De hecho llevan durmiendo juntos desde que arrancó la campaña hace hoy 12 días. Y les diré más: a él le toca casi siempre dormir en el porche, ni siquiera en el sofá. Y no es porque riñan, que riñen. Ni porque tengan desavenencias graves, que las tienen. Es porque él llega tarde a casa, y ya no queda hueco en la cama.

“Cuando llego yo, siempre duermo en la intemperie”, comenta. Pero el que lo comenta no es Page, sino el conductor del autobús de campaña, de la misma empresa que el de Cospedal. ¿Cómo se quedan? Los autobuses, el de uno y otra, pasan la noche en el mismo garaje. Eso sí, el primero que llegue coge sitio, mientras que el otro, se queda fuera.

Más allá de la perplejidad porque hayan coincidido en algo, ese aparcamiento individual en que descansa el vehículo longo viene a ser una metáfora de las autonómicas. Sólo cabe uno, sólo puede caber uno. No hay más vueltas. El que llegue primero, duerme caliente, el otro inevitablemente al raso.

No hay sitio en ese garaje para dos autobuses decorados con siglas de partidos y caras de candidatos. “Yo les digo, dejadme dormir un día en el establo”, comenta el chófer. Pero nada. Que el de Page trasnocha más y “también madruga más”. ¿Me habré confundido de autobús?