Iñigo Castiñeyra está ya ingresado en Zaragoza
El montañero donostiarra, llegado desde Nepal, se encuentra en una clínica zaragozana donde el doctor Arregui le está tratando sus congelaciones
San Sebastián
El montañero donostiarra Iñigo Castiñeyra llegó finalmente a España el viernes tras aterrizar en el aeropuerto del Prat sobre las dos del mediodía. Visiblemente cansado y muy preocupado por sus congelaciones en los dedos de la mano, pero feliz por finalizar su viaje desde Katmandú, Castiñeyra tomó nada más llegar una ambulancia que le estaba esperando en el aeropuerto para trasladarle de urgencia hasta Zaragoza.
Iñigo Castiñeyra: 'Me apuntan dedos seguro'
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En la capital maña esperaba el doctor Ricardo Arregui, médico irunés especialista en congelaciones. Nada más llegar a la clínica el alpinista fue objeto de diferentes pruebas en los dedos de sus manos e inmediatamente comenzó el tratamiento para tratar de paliar los efectos de las congelaciones.
Castiñeyra declaró nada más llegar a Zaragoza que su viaje había sido “como una odisea” y que “al principio hubo muy mala coordinación con la embajada, pero que después se portaron muy bien”. El donostiarra lamentaba que “la primera vez que mi hermana llamó a la embajada le dijeron que yo no era una persona afectada, ¿cómo no voy a ser una persona afectada si llegué al hospital seis horas antes del terremoto y necesitaba tratamientos específicos”. El montañero explicó también que en hospital de Katmandú “estaban trantando a gente a vida o muerte; yo me moría de dolor de pero no me daban nada, había gente que se estaba muriendo y a mí no me quedaba otra que aguantarme y llorar”. Castiñeyra afirmó también que “lo peor es que no me hacían ni caso por aquello era un desastre”.
El montañero tardó más de dos días desde que partió de Katmandú, con una escala en Praga y varios retrasos, hasta que llegó definitivamente a Barcelona y fue trasladado a la clínica de Zaragoza donde ahora se encuentra ingresado, afectado por una necrosis, una degeneración del tejido por la muerte de sus células, debido a las quemaduras por congelación que sufre en las manos. Iñigo viajó hasta el país nepalí con el objetivo de hacer cima en el monte Annapurna de 8.091 metros de altura el pasado 23 de abril, pero se vio obligado a dar la vuelta a 300 metros de la cumbre. Ya en el descenso se dio cuenta de que no se encontraba bien y gracias a la ayuda de un helicóptero pudo bajar hasta el campo base.
Este viaje de regreso pone fin a muchos días de incertidumbre y desasosiego porque el seísmo de Nepal alcanzó al donostiarra ingresado en el hospital de la capital, lo que complicó la atención médica. Sus familiares han relatado que han sido varios días de intensas negociaciones telefónicas con el seguro, gestiones varias e informaciones cruzadas para intentar sacar a Castiñeyra del país que el sábado quedo devastado por el terremoto. La familia ha querido agradecer a todos los que han participado en las gestiones por “la eficacia y paciencia” demostradas, así como a las personas que han seguido de cerca la información.