¡Por fín!

Eibar

¡Por fin! Casi cuatro meses después, once jornadas más tarde, el Eibar vuelve a ganar. Por la mínima al Málaga en Ipurua. Un triunfo vital, importantísimo, crucial, que puede valer media permanencia. Y que pone fin, por fin, a la pésima racha de once partidos seguidos sin conocer la victoria de los armeros.

Porque no fue un triunfo más. Se notaba en el ambiente que era una noche especial. Que había demasiado en juego como para dejarlo escapar. Y por eso la explosión de júbilo al final del encuentro fue espectacular, con toda la grada saltando y gritando, con toda la afición abrazándose de emoción... y con la plantilla emocionada sobre el césped, como el capitán Añibarro, que pegó golpes al césped al pitar el final del partido Gil Manzano y no paró de señalar al cielo inmediatamente después. Fueron momentos muy emocionantes. Parecía que el Eibar había ganado una Champions, y no es para menos porque para el Eibar la permanencia es como otro ascenso.

Seguramente fue por eso que Garitano pidió a sus jugadores mucha intensidad desde el principio, y aunque fue el Málaga el que salió dominador al principio, el equipo armero no perdió la cara al partido, y a base de contragolpes empezó a contrarrestar las acometidas malacitanas. Tanto es así que marcó el primer gol del partido, anulado de forma incomprensible por fuera de juego inexistente de Arruabarrena.

Hubo que esperar a la segunda parte para que Gil Manzano diera validez a algún gol, de Mikel Arruabarrena de cabeza a la salida de un corner. El tolosarra miró al linier, porque viendo lo ocurrido en la primera parte era como para dudar. Pero su séptimo gol de la temporada en su debut en Primera subió al marcador. Ese tanto causó un efecto contrario en el Eibar, que comenzó a acusar más la presión del Málaga, que seguía aun y todo sin crear excesivo peligro sobre la portería de Xabi Irureta, que volvía al once inicial con intervenciones de mucho mérito. Garitano movió ficha y puso en el campo a Manu del Moral, el equipo lo agradeció y volvió a tener presencia sobre la portería de Kameni. La defensa armera estuvo excepcional achicando balones en la recta final, especialmente Añibarro y Lillo, que fueron un autentico muro con el que se topaban una y otra vez los jugadores del Málaga. El Eibar respira un poco ante la exigente salida de este sábado en el Santiago Bernabeu.