25 años midiendo fenómenos meteorológicos
La ola de calor de 2003, la granizada de Vitoria de julio de 2009 o las ciclogénesis explosivas son algunos de los hitos que figuran en el informe de los 25 años de Euskalmet
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San Sebastián
Con motivo del Día Mundial de la Meteorología, Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología, ha presentado en el Aquarium de San Sebastián el balance de sus 25 años de existencia. Su responsable José Antonio Aranda ha recordado que la Agencia se creó tras las inundaciones de 1983 y que a partir de 1990 comenzaron a registrar los fenómenos meteorológicos.
En el repaso que han hecho a los más llamativos han destacado la ola de calor que se vivió en Euskadi entre el 2 y el 13 de agosto de 2013. “Hubo temperaturas muy elevadas durante diez días, con más de cinco días por encima de los 35 grados”, ha destacado Aranda. Además, en esas fechas la temperatura máxima que se midió fue de 43’5 grados y hubo una noche en la que la temperatura en Bilbao no bajó de los 30 grados. A raíz de aquel fenómeno se modificaron los protocolos a seguir ante las olas de calor.
El invierno de 2004-2005 también es recordado como “especialmente duro” por la cantidad de nevadas y las bajas temperaturas. Fueron nueve nevadas, la primera de ellas a finales de diciembre y la última a mediados de abril. La temperatura record se midió en Iturrieta, con 21 grados bajo cero. Fue un invierno en el que se sucedieron los problemas de tráfico, a raíz de los cuales comenzaron con pronósticos específicos para la vialidad invernal.
También llama la atención la gran granizada que se vivió en Vitoria la tarde del 1 de julio de 2009. El calor del día provocó focos tormentosos que motivaron un descenso de 10 grados en la temperatura en un periodo de diez minutos y que desembocaron en una tormenta de granizo con bolas de entre cinco y siete centímetros. Hubo numerosos destrozos en los vehículos que circulaban por la calle.
El invierno de 2009 fue el que conocimos lo que era una “ciclogénesis explosiva”, tormentas intensas y repentinas que provocaron las primeras alarmas rojas. Fueron producto de dos ciclones, Klaus y Xynthia y motivaron las rachas de viento más fuertes de Europa, de 228 km/h en Orduña.
Septiembre de 2009 dejó intensas precipitaciones en Bermeo con 230 litros por metro cuadrado en 24 horas. Y en noviembre de 2011 llegaron las inundaciones que afectaron a la cuenca del Urumea. Y sin duda en la memoria más reciente están grabados los temporales de mar del invierno 2013-2014 que provocaron cuantiosos daños en la costa.