El plan estalla en tres minutos

San Sebastián

Suelen decir los entrenadores que los partidos hay que salir a ganarlos, porque si sales a empatarlos, lo lógico es perderlos. Bien se puede decir también que esa máxima se puede aplicar a lo que le ha ocurrido a la Real Sociedad en Mestalla contra el Valencia. Porque David Moyes salió con un planteamiento bastante reservón, con la idea de mantener primero la portería para luego ver si en algún chispazo podía conseguir un premio mayor que un empate. Y ese planteamiento, más bien defensivo, le pasó factura, hasta el punto de que acabó perdiendo por dos goles a cero tras una segunda parte en la que no metieron ni miedo al portero valencianista Diego Alves.

Bien es cierto que esta argumentación está condicionada por dos aspectos: por las bajas de Zaldua y el Chory Castro conocidas al llegar a Mestalla, que le obligaron a cambiar seguramente el plan que tenía previsto; y por tres minutos acigados, entre el 53' y el 56', que echaron al traste el planteamiento defensivo de Moyes, que todo hay que decirlo, hasta entonces estaba funcionando con bastante solvencia. Pero esta liga, y este Valencia de récord que supera ya al de Benitez campeón de Liga a estas alturas, no permite ningun despiste. Y la Real tuvo dos claros tras el descanso. Los aprovechó el más bajito y el más listo de la clase, Pablo Piatti. El menudo extremo argentino hizo estallar el plan de Moyes con dos goles en dos acciones de ataque consecutivas de ataque del Valencia, acompañadas por dos errores defensivos del equipo donostiarra. Y ahí se acabó el partido para la Real.

Porque esos dos goles dejaron muy tocados a los donostiarras, que si hasta entonces habían hecho muy poco en ataque, hasta el final practicamente desaparecieron, e incluso perdieron la seriedad defensiva que habían tenido en los primeros 50 minutos de partidos. El Valencia comenzó a jugar a sus anchas y sólo mala fortuna evitó que lograsen una goleada mayor a la Real. Moyes movió el banquillo en busca de una reacción, algo tímida si que pareció vislumbrarse algo, pero fue demasiado débil como para pensar en otra remontada heróica como hace siete días en Anoeta contra el Sevilla. Nuevo paso atrás de la Real de Moyes, que volvió a jugar un partido muy pobre, que fuera de casa volvió a demostrar todas su carencias y que vuelve a acercarse a los puestos de peligro de la clasificación. La primera victoria lejos de San Sebastián tendrá que esperar. Y visto lo de Mestalla, soñar con objetivos más ambiciosos que la permanencia es una auténtica quimera.