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¿Dónde se mete Ángel Gabilondo?

Su candidatura debe amortiguar la caída de una marca electoral debilitada, devolver la ilusión perdida a sus militantes y ayudar a construir un proyecto solvente para la Comunidad de Madrid. Su carácter moderado puede facilitar los acuerdos que serán necesarios tras la cita con las urnas.

GRA110 MADRID, 17/02/2015.- El exministro de Educación Ángel Gabilondo, durane su intervención en un desayuno informativo del Foro de la Nueva Comunicación, donde ha presentado al presidente y consejero delegado de COPE, Fernando Giménez Barriocanal. EFE/J.J.Guillen / J.J.Guillen (EFE)

GRA110 MADRID, 17/02/2015.- El exministro de Educación Ángel Gabilondo, durane su intervención en un desayuno informativo del Foro de la Nueva Comunicación, donde ha presentado al presidente y consejero delegado de COPE, Fernando Giménez Barriocanal. EFE/J.J.Guillen

Madrid

Se puede debatir sobre la idoneidad del proceso de designación de candidato propuesto por la gestora del PSM y lo contradictorio que resulta dinamitar unas primarias después de haber hecho bandera de la democracia interna para sacarle los colores al Partido Popular. De lo que no cabe duda alguna es que, con primarias o sin ellas, Ángel Gabilondo despierta un consenso que no se recuerda en el socialismo madrileño para afrontar la cita con las urnas, más complicada del PSM desde los comicios posteriores al Tamayazo.

De puertas para fuera, Gabilondo (que oficialmente tiene que dar el sí definitivo a la propuesta de los militantes) se enfrenta a una marca electoral desgastada a pesar de no haber gobernado la región en las últimas dos décadas. El descalabro augurado por las encuestas (menos las que manejaba pero no enseñaba el anterior secretario general) no será fácil de amortiguar a menos de tres meses de las elecciones. El profesor Gabilondo, de carácter templado, no garantiza (afortunadamente) una campaña de estridencias ni gritos o de impactos virales en las redes y quizá por eso su nombre arrastre a muchos ciudadanos desencantados con el bipartidismo a recuperar esa confianza y votar al PSOE.

La paz interna en el PSM

Gabilondo no traerá la paz a la federación más convulsa del PSOE pero la historia del partido demuestra que según aumentan las posibilidades de tocar de nuevo el poder, en paralelo disminuyen los conflictos abiertos entre las distintas familias. La nueva gestora que dirige el PSM quizá no haya sido muy elegante en las formas (cambiando cerraduras de la sede de Callao y aportando prueba gráfica de ello) pero en el fondo, Rafael Simancas se ha rodeado de vocales que representan todas las sensibilidades del socialismo madrileño tras el proceso de primarias nacionales. Todos menos la anterior dirección, cuyos apoyos a Tomás Gómez se han ido diluyendo día a día. Nombres como Antonio Miguel Carmona, candidato a la alcaldía de Madrid que pasó en cuestión de horas del gesto apenado por la expulsión de Gómez, al apoyo sin fisuras de la decisión adoptada por Pedro Sánchez y a postularse incluso como futuro secretario general del PSM. Amparo Valcarce, candidata de Gómez renunció a las pocas horas de presentarse, a medirse con Gabilondo en las asambleas celebradas esta semana. Los críticos, que se manifestaron frente a Ferraz la noche de la expulsión o que han impugnado el proceso de elección de candidato son cada día menos en número y fuerza. Gómez construyó el día de su despedida un discurso bien argumentado y presentado pero sus secretarios generales y las agrupaciones que le rendían pleitesía hasta hace unos días, se recolocan ya para recibir al nuevo candidato.

Un proyecto para Madrid

Ángel Gabilondo se encontrará en Madrid un PSM que ha vivido durante años preocupado por las luchas internas de poder. Un consumo estéril de energía que ha llevado al partido a descuidar la construcción de un proyecto para Madrid que lo convirtiera en una alternativa solvente al poder hasta ahora inquebrantable del PP en la región.

El PSM se ha posicionado durante todos estos años contra el desmantelamiento de los servicios sociales. Ha llevado a los tribunales, muchos de los proyectos del gobierno de Ignacio González como la privatización de la gestión sanitaria. Ha defendido la educación pública, la apertura de comedores escolares en verano, se ha opuesto a las políticas de empleo y también en contra de Eurovegas (Gómez auguró semanas antes el fracaso del proyecto de Adelson).

Ahora Gabilondo tiene que demostrar que el PSM tiene una alternativa a todo lo que ha pasado en esta región que muchos consideran, el laboratorio de pruebas de las políticas del PP. Hasta el momento, esa alternativa se diseñaba a golpe de titular, de manera puntual, efímera y un tanto irreal, obviando en ocasiones, la delicada situación económica y que muchas de esas decisiones que se cuestionan, están blindadas por contratos firmados casi de por vida.

El consenso necesario

Gabilondo fue un ministro de consenso y ese talante puede ser clave de cara al escenario electoral que se avecina. Es muy probable que la noche del 24 de mayo, las urnas arrojen un resultado tan estrambótico, que obligue a todo tipo de acuerdos para evitar la repetición de los comicios.

Ángel Gabilondo ha sido elogiado estos días por todo el arco ideológico, desde Esperanza Aguirre hasta Luis Alegre, secretario general de Podemos en Madrid, que ensalzó en La Ventana de la SER su elevado nivel intelectual. Quizá el PSOE no gane las elecciones pero la figura de Gabilondo puede condicionar o facilitar esos acuerdos. Está por ver también qué haría el candidato si no obtiene un buen resultado. ¿Y si fracasa? ¿Estaría dispuesto a sentarse cuatro años en escaños de la oposición en Vallecas?

Javier Casal

Javier Casal

Presento el informativo Hora 14 en la SER. Durante 11 años estuve al frente de la actualidad de Madrid...

 
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