Finaliza la restauración de la Paloma de la Paz
El taller de Errenteria está a la espera de que el ayuntamiento decida cuando se colocará la escultura de Basterretxea frente a la playa de La Zurriola
San Sebastián
El proceso de restauración de la Paloma de la Paz ha llegado a su fin. Ayer jueves, los empleados del taller de la firma Vitripol de Errenteria terminaron con los trabajos de limpieza y reparación de la escultura que se han prolongado por espacio de un mes aproximadamente y cuyo coste puede rondar alrededor de unos 10.000 euros, montaje y desmontaje al margen.
Vitripol:'La escultura estaba en perfectas condiciones'
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Las labores de restauración han consistido fundamentalmente en lijar el hierro y tratarlo “desde cero”. Según nos ha contado José Manuel Sequeiras, uno de los responsables de esta firma dedicada al poliéster, la obra escultórica “estaba bien, en perfectas condiciones, salvo algunas pequeñas quemaduras, golpecillos y algunos parches que tenía de antes”. La escultura que tenía mucha suciedad por el paso del tiempo ha sido pintada nuevamente con una pintura especial de dos componentes de poliuretano, “como la primera capa que llevaba en su día, y aunque la han vuelto a pintar encima alguna otra vez, había partes de pintura la escultura que permanecían intactas”.
La Paloma de la Paz fue trasladada a comienzos de diciembre a esta nave de la empresa Vitripol ubicada en las afueras de Errenteria, entre Zamalbide y Perurena, y donde han estado trabajando entre dos y cuatro operarios para realizar la restauración de esta obra de Basterretxea. La escultura tiene una altura aproximada de siete metros y un peso que ronda las cuatro toneladas.
La Paloma de la Paz se inauguró en 1988 en el Paseo de la Zurriola y en 1993, en el comienzo de los trabajos del Palacio de Congresos y Auditorium Kursaal fue trasladada a la plaza Aita Donostia de Amara, frente al estadio de Anoeta.
Los responsables de la empresa Vitripol están a la espera de una comunicación por parte del Ayuntamiento de San Sebastián para sacar la escultura de su taller y llevarla a las inmediaciones de la Zurriola. Por el momento se desconoce el lugar exacto donde quedará ubicada. Mientras tanto, un toldo cubre la ya restaurada Paloma de la Paz, desmontada en tres partes, a la espera de la llamada del consistorio donostiarra. Fuentes municipales señalan que los técnicos siguen estudiando el mejor emplazamiento para la escultura y no se descarta que finalmente pueda llegar a ubicarse en una zona de Sagües.
