Yo también soy Charlie Hebdo

Bilbao

La oficina central de inteligencia de la Ertzaintza va a analizar hoy cómo adaptar nuestro nivel de seguridad a la amenaza del fanatismo islamista. En las comisarías vascas ya están las fotos de los presuntos asesinos de los dibujantes de Charli Hebdo. Me imagino a los agentes pensando: no salimos de una y nos metemos en otra peor.

Porque, sin comparar, reconozco que yo ayer, como supongo que muchos vascos, me sentí especialmente tocada por el horror de Paris. Me acordé de que también aquí las pistolas intentaron callar a los mensajeros. Y recordé a José María Portell, López de la Calle, Xabier Galdeano, Santiago Oleaga; a tantos compañeros escoltados o a los que tuvieron que marcharse. Y el miedo que a rachas sentíamos todos los periodistas cuando las bombas o los cocteles molotov explotaban en nuestros trabajos. Me acordé de cuando éramos los perros de la pluma y el micrófono. Por eso yo también soy Charlie.