El Ayuntamiento de Bilbao pretende atajar los ruidos puntuales
Son situaciones que quedan fuera de la protección legal pero generan molestias entre quienes los padecen
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"Si a una persona le toca que un tren de mercancías pase cerca de su vivienda todos los días pero solo durante diez segundos, no puede decir que está afectado por ese ruido", pese a la merma que le supone, asegura, en su "calidad de vida". El director del área de Obras y Servicios del Ayuntamiento de Bilbao, Fran Viñez, menciona una de las situaciones que se pretende atender con el Plan de Ambientes Sonoros que se va a incluir, el año que viene, dentro del Plan de Acción contra el Ruido. También recogerán la música callejera, maquinaria de ciertos establecimientos o el ruido derivado de los bares a altas horas de madrugada.
Viñez explica que la "afección acústica" se mide teniendo en cuenta el cómputo de las 24 horas del día y, por eso, las situaciones descritas quedan al margen de la ley. Ante este vacío legal, el Ayuntamiento tiene intención de reunir a las partes para lograr el mejor equilibrio entre la actividad que genera una ciudad, con los consiguientes ruidos, y el derecho al descanso de los vecinos. La filosofía no es prohibir los focos de ruido, "no vamos a promover una prohibición taxativa", asegura Viñez. La idea es "hay que analizar técnica y tecnológicamente nuevas fórmulas de aislamiento y de trabajo con los focos emisores".