El día después del desahucio
Carmen con 85 años fue desalojada ayer de su casa, la primera noche la ha pasado en casa de la pareja de su hijo
Police stand in front of the door before breaking in to the apartment to evict Laura De La Rosa Munoz, 30, center, and her family from the house they were occupying in Madrid, Spain, Friday, Nov. 14, 2014. The apartment is property of Bankia bank and Laura unemployed, and caring of her daughter Alba 13, and her sons Angel 11 Moises 9, and Ezequiel 6, occupied it one year ago. The family have tried to negotiate to pay a low rent but the Bankia bank demanded their eviction. Victims' Mortgage Platform (PAH) tried to stop the process but the police evicted the family. (AP Photo/Daniel Ochoa de Olza) / Daniel Ochoa de Olza (AP)
Madrid
La primera noche después del desahucio, Carmen ha dormido en casa de la pareja de su hijo Luis: "Mi madre se encuentra muy afectada y muy mal". A falta de que el Ayuntamiento y el resto de instituciones que se han interesado en su caso se pongan en contacto con ellos, se van a quedar allí hasta que encuentren una solución.
La familia de esta señora de 85 años, que fue desahuciada ayer de su casa en Vallecas, agradece el gesto de la alcaldesa. Aunque explican que ya fueron a Asuntos Sociales antes del alzamiento y no les plantearon ninguna alternativa. "Vamos a ir otra vez a Servicios Sociales, cuando fuimos antes nos dijeron que no había posibilidad. Nos negaron el abogado de oficio. Tampoco nos dejaron recurrir el desahucio, se saltaron los cinco días que teníamos de plazo", cuenta Luis.
El pasado viernes se vieron sorprendidos por el despliegue policial: "Nos pareció inusual, sin hacernos caso nos echaron a la calle". Después de ver cómo su madre ha perdido el piso en el que llevaba cincuenta años viviendo por avalar un préstamo suyo, Luis justifica que ese dinero iba destinado a reformar la casa y mejorar la situación de sus padres: "Era para poner rejas, amueblar el piso, pagar escrituras y mi madre estaba al tanto de todo. Lo que pasa es que las cosas han ido a más y no hemos podido pagarlo".
Sobre las consecuencias de esta situación, Carmen se muestra tajante: "Trabajamos mucho y no ganamos nada. Soy vieja y no cobro mucho". Tiene claro que su futuro, ahora mismo, no depende de ella: "Vamos a hacer lo que Dios quiera, necesitamos ayuda".
