Héroes de verdad en la tapia del colegio
Peter Pan es ciego y se ayuda con un bastón, Cenicienta ha cambiado el zapatito de cristal por una férula: un universo original y único, mágico y cercano a la realidad, ha sido creado en el colegio de parálisis cerebral infantil de Cruz Roja de Valencia, en la calle Alboraya.
Valencia
Peter pan es ciego, y como los niños del centro, precisa de la ayuda de un perro, similar a los de las terapias con animales que aquí se realizan. El gato con botas calza sus botas de 7 leguas y una muleta. Caperucita se ayuda con andadores para caminar. Todos son auténticos héroes, y no necesitan maquillaje. ¡Lo que cambian los cuentos!
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Cristina Durán es ilustradora, y madre de una niña con parálisis cerebral que cursa en el colegio que gestiona Cruz Roja. Tras años de lucha colaborando con el AMPA y la dirección del centro para conseguir un patio adaptado, "algunos niños jamás se habían columpiado", apunta Cristina, al verlo finalizado se dieron cuenta que aquellos muros blancos tenían que llenarse de magia, "para cambiar los personajes habituales de cuentos con los que nuestros hijos no podían identificarse, por otros que se parecieran a ellos".
Cristina y su marido Miguel Ángel, también ilustrador, pidieron ayuda a sus compañeros de la Asociación Profesional Valenciana de Ilustradores. 15 de ellos compartieron dos intensas jornadas de trabajo que transformaron la imagen del patio, y que ahora podemos ver resumidas en un vídeo realizado por Juanjo Laudes y Teresa Ferrer, "On és el bastó de Peter Pan", realizado mientras aparecían los personajes con su discapacidad.
Los singulares personajes, que no podremos ver en ninguna gran producción cinematográfica ni protagonizando atracciones de parques temáticos, están cargados de mensaje y cercanía: Cenicienta lleva una férula ortopédica, un corsé en la espalda y es de color, Juan, el de las habichuelas mágicas, no trepa por la planta que lleva a las nubes, sube por una rampa adaptada, los piratas tienen brazos metálicos, el lobo feroz va en silla de ruedas y Caperucita Roja precisa de un andador.
"Ha sido un regalo para el colegio", comenta Silvia Rodríguez, jefa de estudios, que recuerda que el patio se puede visitar, y que ya hay vecinos que se han pasado por allí para descubrir la imagen de unos héroes de verdad que vienen a normalizar la vida de muchos niños y niñas, y a cambiar la mirada de otros.
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El patio de un colegio valenciano se llena de personajes de cuento con discapacidad
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José Vicente Dorado
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