La Holanda del siglo XVII, a través de los grabados de Rembrandt

No era una técnica que gozase de buena consideración en el mundo artístico del siglo XVII, pero Rembrandt experimentó e investigó sobre ella hasta convertirla en una crónica fiel y precisa de la sociedad de su tiempo. Los vallisoletanos pueden ver esta selección de 68 grabados del artista holandés en la sala de exposiciones del Museo de la Pasión, desde el 7 de noviembre hasta el 7 de enero de 2014.

Se trata de piezas catalogadas y autentificadas por el Gabinete de Estampas de la Biblioteca Nacional de Francia, seleccionadas de entre las más de 300 planchas que Rembrandt llegó a realizar y que lo convirtieron en un maestro de la disciplina.

"El grabado es el elemento de difusión de la época", ha explicado Rosa Perales, comisaria de la exposición. "A través del grabado se difunden las costumbres, lugares y personajes del siglo XVII". El pintor holandés se convirtió así en el fiel notario de la sociedad holandesa de su tiempo; una sociedad dual, "por una parte con grandes burgueses comerciantes, frente al absolutismos del entorno europeo, y por otra parte una sociedad tremendamente religiosa."

El propio Rembrandt, como hijo de su tiempo, fue un hombre profundamente religioso. Por ello uno de los grandes bloques temáticos de esta muestra es el destinado precisamente a los temas religiosos. Completan el panorama los retratos y los grabados de temas de género, concretamente desnudos y paisajes.

Una cuestión, la del desnudo, en la que a Rembrandt también se le puede considerar pionero. Y es que 'José y la mujer de Putifar' es reconocido como el primer grabado erótico de la historia, según ha explicado Rosa Perales en la inauguración de la exposición.

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Las piezas expuestas en la Pasión pertenecen a un coleccionista italiano, que ha ido reuniéndolas a lo largo de los últimos 30 años. Ahora recalan en Valladolid después de haber viajado por buena parte del mundo, incluida América del Sur.