Burjassot plantea barracones por un año y garantiza el nuevo colegio San Juan de Ribera para el curso 2014/ 2015
Conselleria se encargaría de las obras de rehabilitación del edificio mientras el ayuntamiento amplía el centro con una construcción anexa
Valencia
La Consellera de Educación, Maria José Català, se reunía ayer con el alcalde de Burjassot, Jordi Sebastià, para encontrar una solución a la complicada situación del colegio San Juan de Ribera, que no podrá abrir sus puertas en septiembre. Los 300 niños que estudian en él todavía no saben dónde comenzarán el nuevo curso. La solución podría pasar por barracones provisionales durante un año mientras se rehabilita de forma integral el edificio, que estaría listo en 2014.
Aunque no alcanzaron un acuerdo definitivo en la reunión de ayer, parece que Conselleria y ayuntamiento de Burjassot podrían encontrar una solución a la complicada situación del colegio San Juan de Ribera. Los 300 alumnos del centro de infantil y primaria no disponen de un edificio adecuado para asistir a clase y a un mes del nuevo curso todavía no saben dónde podrán hacerlo. El centro esta muy deteriorado y técnicos del ayuntamiento optaron por cerrarlo como medida de seguridad ante posibles derrumbamientos.
El alcalde de Burjassot, Jordi Sebastià, ha anunciado que una opción posible podría ser que los niños estudiasen en barracones, aunque "solo durante un año, mientras Conselleria lleva a cabo la rehabilitación del edificio actual", según ha asegurado el edil. Mientras, el ayuntamiento se encargaría de ampliar el espacio con una construcción anexa que se destinaría al área de educación infantil.
Sebastià insiste en que las obras se harán en el menor tiempo posible "para que los niños vuelvan a estar todos juntos en el colegio en el curso 2014/2015". La primera opción planteada por Conselleria, que pasaba por distribuir a los niños entre los diferentes colegios del municipio, ha quedado, al parecer, descartada.
La Asociación de Madres y Padres del centro también se oponía a esta alternativa, ya que consideraban que dividir a los niños supondría "la muerte de un colegio emblemático en Burjassot", según ha apuntado su presidente Teresa Jordán.
