Una docena de colectivos crean el Observatorio de la Cultura Independiente de Valladolid

La alineación completa la forman Cuadrilátero Cultural, Notedetengas, Colectivo Rémora, Acordes Urbanos, El Planeta de los Cómic, Rodinia, Plataforma de la Música, Colectivo Laika, Músicas Creativas, Open Mic Pucela, Colectivo Satélite, Elefante Rosa y Microteatro por la Gorra. Doce asociaciones y colectivos, de momento, porque quieren ser más. Sólo en los dos últimos años, han sido capaces de organizar cerca de 800 actuaciones que han movido a más de 55.000 espectadores. Las cifras están ahí; ahora necesitan que las instituciones sean sensibles al problema de la legislación que prohíbe cualquier tipo de manifestación cultural en los bares y cafés.

El problema nace de una ley, la de espectáculos, de ámbito autonómico y de carácter muy restrictivo. "De hecho, es que ni siquiera reconoce la cultura como tal: habla de ocio, entretenimiento, evasión...", se lamenta Carlos Chávez, miembro del Colectivo Rémora y uno de los portavoces del Observatorio. "Las exigencias en muchos casos son absurdas, igual que el tipo de espectáculos que se permite hacer con cada tipo de licencia", explica Chávez.

Es algo que no se entiende desde estas asociaciones, que luchan por ofrecer una ventana al mundo a todas esas manifestaciones culturales fuera de la agenda oficial, más minoritarias. "Los Rolling Stones no comenzaron llenando estadios, sino en tugurios y locales de mala muerte. Si nos cargamos la cultura de base, nos quedaremos sin todo ese talento", ha sentenciado el representante de Colectivo Rémora en la presentación de la plataforma, que ha tenido lugar en la Sala Experimental del Teatro Zorrilla.

Tras la "semana negra" del pasado mes de marzo, en la que se llegaron a contabilizar 12 denuncias en 7 días, comenzaron los contactos con la Concejalía de Cultura para intentar revertir la situación. "En ese sentido creo que nos hemos movido bastante rápido", opina José Carreño, de Cuadrilátero Cultural. Han pasado sólo dos meses y en el despacho de Mercedes Cantalapiedra ya cuentan con los datos de todo lo que mueven estos colectivos, "ya que a veces parece que lo único que les interesa son los números."

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Con estos mimbres, en la Casa Consistorial han comenzado a ser sensibles a la situación, según comentan desde el Observatorio, aunque reconocen que "con la Junta aún no ha sido posible reunirnos". De forma temporal se ha acordado conceder permisos concretos para actividades culturales, a excepción de las musicales, siempre y cuando se solicite a la Concejalía.

No obstante, se trata de una autorización verbal que no ha quedado plasmada en un documento, y los problemas continúan. "Ayer mismo intentamos repetir en el Café Beluga el espectáculo de 'El cabaret del fin del mundo', que nos lo suspendieron en marzo", explica Carlos Chávez, "y nuevamente se presentó la policía". El espectáculo pudo salir adelante a base de diálogo y buena voluntad entre autoridad y organización, "pero no podemos continuar en esta situación de indeterminación", advierte el miembro del Colectivo Rémora.

¿Y cuál es el siguiente paso? "La modificación de la Ley de Espectáculos es nuestro propósito a largo plazo", comenta José Carreño, "pero el proceso puede ser largo y necesitamos alguna alternativa más inmediata." El representante de Cuadrilátero Cultural advierte que hay locales que han tenido que suspender toda su programación, "y se trata de gente que lo hacía de buena gente, sin apenas beneficio económico." De esta forma, según la plataforma, se pierde parte de la identidad cultural de la ciudad. Una cultura de la que ellos han sido partícipes y que creen que está en peligro con la situación actual. "Si un día tengo hijos y les tengo que decir «aquí antes se hacían conciertos», me daría muchísima pena", dice Carreño.

Europa sí apuesta por la cultura

Y no se habla solamente de cultura en estado puro, lo que a muchos les podría parecer secundario en estos tiempos de crisis: también se toca la economía. Según Carlos Chávez, "hace ya cinco años que desde la Unión Europea se está dando prioridad en los presupuestos a las líneas culturales, precisamente porque se considera una manera de salir de la crisis puede ser cambiar el modelo industrial existente en otro basado en la industria cultural." Para Chávez, Castilla y León necesita adecuar su normativa a este planteamiento europeo para no quedarse retrasada, como ha sucedido en otras cuestiones.

El problema no parece tener una solución sencilla. Las asociaciones ya han demostrado su capacidad de convocatoria (sus seguidores en redes sociales se acercan a las 30.000 personas) e, incluso, de ponerse de acuerdo para intentar hacer fuerza desde la unión ("la verdad es que hacía falta que nos sentáramos de una vez y empezáramos a poner cosas en común", reconoce José Carreño).

Han conseguido realizar un primer acercamiento cuantitativo y cualitativo a sus propuestas, del que se desprende que Valladolid vive un inmejorable momento de efervescencia creativa, y se han propuesto reunirse cada seis meses para actualizar las actividades. Y además no cierran la puerta a nadie, sino que desean que se les una el resto de colectivos locales dedicados a la cultura.

La pelota está ahora en el tejado de las instituciones.