Calle de Manuel Fraga
El que fuera fundador del PP tendrá una calle o espacio público urbano en Madrid
Por acuerdo del pleno municipal, el reconocimiento público ha quedado aprobado, en la forma de vía o espacio que se determine en su momento. La propuesta de la alcaldesa, que se hace extensiva a los 7 padres de la Constitución, ha recibido el visto bueno general con el único voto en contra de IU
Más información
Solo el grupo municipal de IU se ha opuesto a que Madrid dedique este tipo de tributo a una figura política de la que se destaca su papel constitucional y trabajo en los tiempos de la transición. Ninguna otra mención, tampoco ningún reproche por parte del grupo político que ha votado "no". UPyD respaldaba la idea, que ha salido adelante también con el voto del PSOE, ya que en la próxima sesión plenaria, ya en febrero, presentará una propuesta para que una calle, plaza o espacio público de la ciudad lleve el nombre de otro de los redactores de la Constitución española, Jordi Solé Tura, un homenaje que ya está reflejado en el callejero en el caso de Gabriel Cisneros. Esta vez ha sido Fraga, por sentar las bases de un nuevo camino "cuando todos -decía Ana Botella-estaban conformes con que aquel periodo tenía que terminar". En el futuro, todos los padres de la Constitución estarán en el callejero de Madrid.
"Las Vegas" no es iniciativa del ayuntamiento
La alcaldesa se mantiene detrás de lo que decida el gobierno Rajoy. No por delante, por supuesto, pero ni siquiera al lado. Si algo ha dejado claro la primera sesión de control al gobierno que encabeza Ana Botella es que la iniciativa corresponde al gobierno de la nación, que es, por decirlo así, quien tiraría del carro: "Solamente el liderazgo del Gobierno de la Nación, en el caso de que decida acometer el proyecto, haría que nosotros entráramos en él". La primera edil, a quien se ha notado cierto nerviosismo en su estreno en la tarea de responder a las cuestiones de la oposición, ha sonado muy contudente a la hora de advertir de que "las líneas rojas se van a respetar", en el sentido de que muchas cuestiones -que figurarían entre las exigencias del inversor norteamericano- no son asumibles.