Siempre en nuestro corazón

Alcoy

Cuando un ser querido nos abandona nos invaden mil sentimientos.

No puedes dejar de llorar, la tristeza y la desesperanza se acomodan en tu corazón y todo te recuerda a tu ser querido. Sientes enfado, rabia, desamparo, impotencia, amargura; sólo puedes preguntarte ¿por qué a ella? Te sientes sola, aunque es cuando más cariño recibes por parte de los demás, pero te sientes abandonada. Te sientes culpable por todas esas veces que no tuviste tiempo para ella. Y la ansiedad se alza victoriosa.

En mi familia acabamos de vivir todo esto por partida doble, con tres semanas de diferencia.

Primero se fue mi tío, José Escrivá, Pepe para sus compañeros del Hospital. Siempre estuvo a nuestro lado.

Y después, justo a las tres semanas y casi, casi a la misma hora, mi tía, mi madrina, mi protectora, Ángela Pascual. Siempre me apoyo en todo. Se aferró a la vida con uñas y dientes, pero era una lucha que todos tenemos perdida desde que nacemos.

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Sin duda, mi vida sin ellos dos no hubiese sido la misma. Es duro ver como los pilares de tu vida se van consumiendo, se van apagando y no se puede hacer nada, es ley de vida, pero lo dejaremos en que es injusto, muy injusto.

Dicen que sólo mueres cuando ya no te recuerdan, por eso hoy les dedico la columna a ellos, a mis queridos tíos José y Angelita a quien la cruel muerte no pudo mantener separados.

Gracias en nombre de mi familia por todo el cariño que hemos recibido estos días.

TIA ANGELITA, TIO JOSÉ MAI VOS OBLIDAREM. GRÀCIES PER TOT EL CARINYO QUE ENS HEU DONAT. I PAPÀ, A TU TAMPOC T’OBLIDEN, 21 ANYS SENSE TU, PERÒ CONTINUEM NECESSITANT-TE.