Esperanza Merino: “Tenemos que reflexionar sobre cómo afrontar nuevas pandemias y cómo responder a una situación parecida a la COVID-19″

Alicante

Hace justo cinco años, vivíamos el primer día de confinamiento domiciliario tras la declaración del Estado de Alarma ante la expansión de la COVID-19.

Los casos aumentaban exponencialmente y los hospitales comenzaron a recibir un aluvión de pacientes, una situación que desbordó al sistema sanitario y que obligó a cambiar la organización, a reestructurar plantas y a constituir un grupo COVID.

Esperanza Merino, jefa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Alicante, asegura que los pacientes, por lo general, llegaban con "mucha afectación respiratoria", "se quejaban poco de los síntomas", pero "con datos de oxígeno en sangre que estaban muy deteriorados". Un porcentaje muy alto, explica, venía con neumonías muy importantes que supusieron la necesidad de ingreso en UCI.

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"Los primeros días fueron sorprendentes por el aluvión de pacientes que recibimos de una enfermedad poco conocida. Es verdad que ya desde enero teníamos noticias de que en China estaba habiendo una epidemia, y el hospital se fue preparando para tener algunos casos, pero no esperábamos el elevado número y el desbordamiento del sistema sanitario que supuso en aquel momento" declara.

Hubo que paralizar cirugías y consultas programadas para poder atender a estos pacientes. Considera que el confinamiento fue una medida acertada que evitó el colapso del sistema sanitario.

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Dentro de ese confinamiento la imagen, cada día, de los aplausos a los profesionales sanitarios fue algo "reconfortante" en esos duros momentos. "Siempre es reconfortante ver valorado tu trabajo, dentro de una situación de crisis y de dificultad se demostró no solo en los aplausos sino en la solidaridad de muchas cosas, empresas que traían cosas al hospital, gente que se ofreció, hubo todo un espíritu de solidaridad y de apoyo a los sanitarios que fue muy importante, aunque a veces este apoyo fue más transitorio, y luego la gente no siempre entendió bien el trabajo de los sanitarios. Era nuestro trabajo el que teníamos que hacer y cómo teníamos que responder y es el que seguimos haciendo a diario, aunque a veces no sea visible como en aquellos momentos".

En Alicante, eso sí, la primera oleada fue "intensa" y "desconcertante" pero la más dura fue la tercera, tras las navidades de 2020, cuando fue necesaria la instalación de un hospital de campaña.

Cinco años después, Esperanza Merino explica que la COVID-19 se ha convertido en una infección viral, sin mayor trascendencia, debido a que la población "está muy inmunizada". No obstante, sí que preocupa el virus con pacientes inmunodeprimidos o con enfermedades graves, para los cuales hay más opciones de tratamiento que antes.

La pandemia, asegura, ha impactado de diferentes formas al sistema sanitario: para tener conciencia de la vulnerabilidad del sistema y de la probabilidad de que venga una nueva pandemia en unos años. Se debe hacer una reflexión, indica, sobre cómo responder a situaciones parecidas.

"Yo creo que lleva una reflexión a todo el sistema sanitario, desde los gestores a la gente de base de cómo afrontar nuevas pandemias y como responder a situaciones parecidas. El sistema sanitario público tiene la gran ventaja de que soporta en el tiempo todas estas afrentas que podamos tener y que intentaremos responder de la mejor manera posible" explica Merino.