El Balonmano Benidorm mejora, pero no es suficiente
El equipo del Palau d’Esports mejoró su imagen, pero no pudo con el Valladolid


Benidorm
Los motivos por los que en apenas 24 horas el Servigroup Hoteles Benidorm fue capaz, destituido ya Sergio Carballeira, de volver a ofrecer la imagen de equipo capaz de disputarle la victoria a casi cualquier rival de esta Liga Asobal deberán de ser analizados con la perspectiva que pueda dar el paso de las jornadas y la evolución de la plantilla, pero lo único cierto a estas alturas es que, pese a la notable mejora, el resultado de la 20ª jornada para los de Isidre Pérez fue una nueva derrota, esta vez por 28-30, ante el Valladolid. Dos puntos y una jornada menos para el final.
En lo deportivo, comenzó mucho más igualado de lo que cabía esperar a tenor de los últimos resultados de los dos equipos. El Servigroup Hoteles Benidorm parecía querer demostrar que, sentenciado Sergio Carballeira, el buscado golpe de efecto era posible y el Atlético Valladolid arrancó dando la sensación de no fiarse de un rival al que, seguro, tenían estudiado hasta la saciedad, pero que podía (o no) presentar cambios profundos tras la destitución de su técnico.
Como si de una recuperación milagrosa se tratase, la defensa, esa que tantos problemas había venido dando desde hace mucho tiempo, mejoró notablemente siendo capaz de parar muchos de los arreones que los pucelanos, que venían al Palau de meterle 42 goles al Granollers, trataban de armar para perforar la portería de un Witkowski que, una vez más, fue de los mejores del equipo.
A eso se unió una solidez y contundencia ofensiva que permitió al equipo entrenador hoy (ya veremos hasta cuando) por Isidre Pérez, no perderle la cara al choque en ningún momento llegando al descanso con un muy apretado y emocionante 14-15.
El segundo acto de la función comenzó con cambio en la portería local. Roberto Domenech se colocó bajo palos y, aunque no fue el único culpable de lo que sucedió, los visitantes vieron portería y ampliaron su ventaja gracias, sobre todo, a las numerosas pérdidas de balón de un Servigroup Hoteles Benidorm al que, al menos en apariencia, volvió a dominar el vértigo de miedo a ganar.
Tras apenas ocho minutos de juego de esa segunda mitad, pidió Pérez un tiempo muerto que permitió al conjunto local volver a centrarse y superar esos miedos y, de nuevo, meterse en partido. Tanto que sólo diez minutos después, con 18-20 en el tanteador, David Pisonero optaba por solicitar su propio tiempo muerto viendo que la cosa se estaba complicando en exceso.
El partido, contagiado del ambiente de la grada, estaba muy caliente en ese punto. Una fea falta de Abdelazize sobre el ‘Colo’ Vainstein provocaba la roja para el jugador del equipo visitante y una tangana posterior provocaba, a su vez, la exclusión del capitán benidormense y del entrenador del Valladolid lo que provocó que el partido entrara en una fase de auténtica ebullición.
El Servigroup Hoteles Benidorm no supo aprovechar esa ventaja numérica y se llegaba así al ecuador de la segunda parte con un marcador de 19-22 y un ritmo endiablado que prometía emociones muy fuertes en lo que estaba por venir.
No supieron los locales aprovechar una nueva superioridad desperdiciando, además, un penalti, algo que dio alas a un Valladolid que veía como cada vez que el Servigroup Hoteles Benidorm conseguía algo parecido a ponerlo contra las cuerdas, encontraba la manera de solucionar el problema.
Los diez minutos finales fueron un poema por parte del Servigroup Hoteles Benidorm. Quizás, los diez mejores minutos de todo el presente curso para llegar al último minuto de juego con 28-29 en el luminoso. Un poema, eso sí, que acabó siendo como aquellos de la Grecia clásica, una tragedia con todos sus ingredientes: un héroe caído en la figura de Nacho Valles, que falló el tiro decisivo para, al menos, haber arrancado un punto, y un final triste con ese 28-30 que sabe a nada porque es eso, en nada, en lo que se tradujo el partido en la tabla.