Violencia intrafamiliar
Hablamos del tema con Laura Fuentes y Nacho González
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Villena
La Organización Mundial de la Salud (OMS), define la violencia intrafamiliar dentro del marco de la violencia interpersonal, describiéndola como:
"Cualquier comportamiento dentro de una relación familiar que cause daño físico, psicológico o sexual a sus integrantes."
La violencia intrafamiliar se define como cualquier tipo de abuso, maltrato o agresión física, psicológica, sexual o económica que ocurre dentro del núcleo familiar, afectando a uno o varios de sus miembros. Esta violencia puede ejercerse entre cónyuges o parejas, de padres a hijos, entre hermanos, o hacia otros integrantes del hogar, como abuelos o cuidadores.
Tipos de violencia intrafamiliar
1. Fisica: Golpes, empujones, heridas o cualquier daño corporal.
2. Psicológica o emocional: Insultos, humillaciones, amenázas, manipulación o control.
3. Sexual: Abuso, acoso o cualquier acto de connotación sexual sin consentimiento.
4. Económica o patrimonial: Control financiero, privación de recursos o destrucción de bienes.
5. Negligencia: Falta de cuidados básicos, especialmente hacia niños, ancianos o personas dependientes.
La violencia intrafamiliar tiene graves consecuencias en la salud mental y física de las víctimas y suele estar asociada con problemas como el consumo de sustancias, la depresión y otros trastornos psicológicos.
La OMS reconoce que la violencia intrafamiliar es un problema de salud pública global y destaca que está estrechamente vinculada con trastornos de salud mental, consumo de sustancias y enfermedades crónicas. Además, enfatiza la importancia de intervenciones multidisciplinarias para su prevención y tratamiento.
Antes de 2020, numerosos estudios en todo el mundo analizaron la relación entre la violencia intrafamiliar y las adicciones. Algunos de los hallazgos más relevantes incluyen:
1. Relación entre alcohol y violencia doméstica:
Un metaanálisis de la OMS en 2018 indicó que el consumo de alcohol es un factor de riesgo significativo para la violencia de pareja y la violencia intrafamiliar. El abuso de alcohol aumenta la probabilidad de agresión debido a sus efectos en el autocontrol y la toma de decisiones.
2. Consumo de drogas y agresión en el hogar:
Un estudio publicado en Addiction (2017) encontró que el consumo de sustancias como cocaína, metanfetaminas y opioides estaba fuertemente asociado con agresiones físicas y psicológicas dentro del hogar.
3. Infancia, violencia y adicciones en la adultez:
Investigaciones como la de Felitti et al. (1998) sobre Experiencias Adversas en la Infancia (ACE Study) señalaron que el maltrato infantil y la exposición a violencia intrafamiliar aumentaban el riesgo de desarrollar adicciones en la vida adulta.
4. Violencia de género y consumo de sustancias:
Un estudio de The Lancet Psychiatry (2015) mostró que las mujeres víctimas de violencia de pareja tienen más probabilidades de desarrollar problemas con el alcohol y las drogas como mecanismo de afrontamiento.
Estos estudios previos subrayan la conexión bidireccional entre violencia intrafamiliar y adicciones, indicando que ambas problemáticas se retroalimentan y requieren intervenciones multidisciplinarias.
Diversos estudios internacionales han analizado la relación entre la violencia intrafamiliar y las adicciones. A continuación, se destacan algunos hallazgos relevantes:
1. Percepción de la violencia familiar entre usuarios de drogas ilícitas: Un estudio comparativo reveló que los usuarios de drogas ilícitas perciben una mayor incidencia de eventos violentos en el entorno familiar, incluyendo violencia entre hermanos, de padres a hijos y entre cónyuges.
2. Consumo de alcohol y violencia intrafamiliar en adultos jóvenes: Una investigación encontró una fuerte correlación positiva entre el consumo de alcohol en hombres y la violencia intrafamiliar ejercida hacia sus parejas.
3. Consumo de drogas como factor determinante de la violencia familiar: Se ha advertido que el consumo de drogas es un factor determinante en la violencia familiar, resaltando la necesidad de atender a los agresores para disminuir las agresiones dentro del hogar.
4. Impacto del consumo de cocaína en la violencia sexual: El consumo de cocaína incrementa significativamente las concentraciones de neurotransmisores en el cerebro, lo que puede conducir a irritabilidad y agresividad. Estudios indican que una gran cantidad de agresores de pareja habían consumido esta droga junto con alcohol durante el acto violento.
La pandemia de COVID-19 y las medidas de confinamiento implementadas en España tuvieron un impacto significativo en la violencia intrafamiliar. A continuación, se detallan algunos aspectos clave:
- Aumento del riesgo de violencia intrafamiliar: El confinamiento obligatorio incrementó el tiempo que las familias pasaron juntas en espacios reducidos, lo que, sumado al estrés económico y la incertidumbre, elevó el riesgo de conflictos y episodios de violencia en el hogar.
- Disminución de denuncias y llamadas a servicios de emergencia: Durante el confinamiento, se observó una reducción en las denuncias formales y en las llamadas a líneas de emergencia relacionadas con violencia intrafamiliar. Este descenso no necesariamente indica una disminución de la violencia, sino que puede reflejar las dificultades de las víctimas para buscar ayuda debido al control ejercido por los agresores y las restricciones de movilidad.
- Incremento en el uso de líneas de atención especializadas: Contrariamente a la disminución de las denuncias formales, se registró un aumento en las llamadas a líneas de atención especializadas en violencia de género, lo que sugiere que las víctimas buscaron alternativas más seguras para solicitar ayuda durante el confinamiento.
- Adaptación de los servicios de apoyo: Instituciones y organizaciones dedicadas a la atención de víctimas de violencia intrafamiliar adaptaron sus servicios para seguir brindando apoyo durante la pandemia, implementando medidas como asesoramiento telefónico y recursos en línea.
Durante la pandemia de COVID-19, se observó una relación significativa entre la violencia intrafamiliar y las adicciones. El confinamiento y las restricciones sociales incrementaron factores de estrés como la ansiedad y la depresión, lo que, a su vez, llevó a un aumento en el consumo de sustancias adictivas. Este incremento en el consumo exacerbó situaciones de violencia dentro del hogar.
Estudios realizados durante este período indican que el consumo excesivo de alcohol y otras drogas fue un factor determinante en la intensificación de la violencia familiar. La coexistencia de adicciones y violencia intrafamiliar durante la pandemia resalta la necesidad de abordar ambas problemáticas de manera integrada para ofrecer soluciones efectivas.
En resumen, la pandemia de COVID-19 exacerbó las situaciones de violencia intrafamiliar en España, evidenciando la necesidad de fortalecer los mecanismos de apoyo y protección para las víctimas, especialmente en contextos de crisis.
