La DANA también impacta en la salud mental de miles de personas de la zona cero

València

Sofía vivía con su madre en la zona cero de la DANA, el día 29 de octubre salió a las seis de trabajar en València pero nunca volvió a casa. Su coche se quedó atrapado en una carretera y a ella la encontraron en el vehículo. Cuatro meses después, sigue en tratamiento psicológico.

La madre de Isabel vivía en otro municipio, esa tarde envió varios audios a su hija en los que le decía que estaban atrapados. A las ocho y cuarto dejó de contestar. No está recibiendo tratamiento psicológico, pero no puede entrar a ningún municipio afectado por la DANA porque comienza a llorar.

Valeria perdió a su madre ese 29 de octubre. Era dependiente y vivía en una planta baja. Cuando llegó el agua, a las siete de la tarde, no pudo escapar. Tuvieron que esperar dos días hasta que los forenses se llevaran el cadáver. Desde entonces, Valeria tiene que tomarse un sedante y un antidepresivo cada noche para poder dormir.

Mateo estuvo junto a su mujer cogido a un árbol casi tres horas cerca de la carretera. Durante tres meses necesitó curas diarias en las piernas y tuvo que ser operado. Sigue en tratamiento psiquiátrico por las secuelas.

Problema extendido

Son solo cuatro ejemplos que narra el sumario de la causa sobre la DANA. Los nombres han sido cambiados por respetar la intimidad, pero las historias revelan que, cuatro meses después, muchas personas, hayan perdido o no a seres queridos por la DANA, arrastran secuelas que todavía no han superado.

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El Colegio de Psicología de la Comunitat Valenciana tiene previsto iniciar esta semana la tercera fase de su programa de atención a afectados por las inundaciones. Esperan contar, en los próximos meses, con más de medio centenar de psicólogos para atender de forma individualizada a las personas que necesiten ayuda.

Rosa Molero, psicóloga experta en estrés postraumático, está realizando las intervenciones en la zona cero desde el primer día explica que la atención se ha dividido en tres fases y que cientos de personas siguen necesitando ayuda.

Pronóstico variado

Molero explica que, si a partir del segundo mes, continúan los síntomas, ya no es estrés postraumático sino que la patología se agrava. El pronóstico también es variado, muchas personas se han recuperado ya, pero otras necesitarán todavía varios meses de atención personalizada.

El pronóstico, además, empeora en los casos de personas que tienen patologías previas o experiencias anteriores que han resultado ser traumáticas. Salvador Almenar, presidente del Colegio de Psicología de la Comunitat Valenciana, pide a las administraciones que den seguridad y certidumbre a la ciudadanía, porque es fundamental para la recuperación anímica.

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