El asombroso descubrimiento en la muralla medieval de Segorbe: “Desafía las leyes de la física”
La reberveración que provoca la arquitectura de la muralla y sus torres genera un extraño fenómeno acústico
Seguramente cuando allá por la época medieval se construyó en la Alhambra de Granada una sala de planta dodecaedral con bóveda estrellada relativamente baja, nadie pensaba que sus doce arcos inscritos tendrían una acústica tan especial como para que personas colocadas en dos extremos de arcos enfrentados pudieran mantener una conversación hasta en voz muy baja y sin nadie más de la sala que pudiera escuchar su diálogo.
Estos días este fenómeno conocido como reverberación se ha constatado también en la muralla medieval de Segorbe aunque de una forma especialmente curiosa. Tanto es así, que el propio cronista de la localidad, Rafael Martín, ha dedicado un artículo a ello. "Alguien le habló a su hija desde lejos y esta sintió que la voz la recibía desde el inmediato muro existente a su espalda", ha explicado Martín.
Hora 14 Castellón (14/02/2025)
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Según ha explicado el cronista, especialistas en arquitectura y física señalan que la mencionada propiedad se produce “exclusivamente por el diseño abovedado y la forma de los muros”.
Incluso se asegura que “las ondas sonoras que parten de un punto, al encontrar un obstáculo en su marcha, se reflejan formando un ángulo de reflexión igual al de incidencia por lo que en una bóveda elíptica los sonidos producidos en uno de los focos de la elipse se reflejan en el otro. Para que no se pierda nada de la intensidad del sonido es preciso que en la bóveda no haya aberturas por las que se escaparían o sufrirían reflexiones irregulares las ondas que a ella llegasen. Además, para que esto suceda es necesario que los materiales de una construcción de estas características sean suficientemente elásticos, estén bien unidos, sin resaltes ni huecos y sin juntas aparentes”.
La muralla que susurra
El ‘caso’ de Segorbe destruye radicalmente estas aseveraciones convirtiendo el hecho en singular y extraordinario además de desafiar las propias leyes de la física en cuanto a la acústica y la propagación del sonido. Entre las dos torres citadas, unidas por la correspondiente muralla, no existe ningún tipo de cubierta ni objeto que pudiera reflejar el sonido, el espacio queda por lo tanto a cielo abierto; están construidas con paredes rectas a base de mampostería ordinaria con sus irregularidades propias y además la separación entre ambas torres es, nada menos, de 44 metros.
Es aquí, donde las torres parecen hablar, donde se produce el susurro entre las murallas medievales de Segorbe.