Geriatría en perros y gatos (Programa 2)
Como ya hablamos la semana pasada, hoy continuamos con el tema de la geriatría, de nuestros perros y gatos senior.

Mercedes Sánchez. Veterinaria
08:51
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Villena
Como ya comentamos, perro y gatos entran en la edad senior o geriatra en distintos momentos de su vida; como los gatos, que entran en la etapa senior con unos 7-8 años de edad, los perros de tamaño pequeño que entran más o menos con unos 10 años de vida o los perros de tamaño gigante que con 6 ya puede estar en la última etapa de su vida.
Y esto es algo con lo que vamos a tener que lidiar, tanto los propietarios, que ven que su animal cada vez se hace más viejito, como nosotros como veterinarios, que tenemos que tener los 5 sentidos puestos en el animal porque cuando son gerontes incluso se presentan con distintas patologías a la vez, y con diferentes tratamientos.
Y es que es algo que he vivido y lo he compartido con clientes que les ha pasado lo mismo, que sobre todo con perros, te das cuenta que se ha hecho abuelito de repente, no es algo progresivo, o por lo menos no se siente así, la percepción es que de un día para otro, te das cuenta que se un abuelito o una abuelita.
¿En qué nos podemos fijar?
Para epezar, el pelo se va tornando de un tono muy clarito, le salen canas, va perdiendo peso muy poco a poco, va perdiendo masa muscular, andan más despacio o ya no tienen ganas de jugar. Les cambia el carácter, incluso se sienten perdidos.
Mi perra, que ya tiene 16 añazos y está la pobre muy estropeada, tiene una especie de demencia senil. En veterinaria la llamamos disfunción cognitiva canina, en la que hay una degeneración del sistema nervioso central y genera algunos patrones característicos, como la desorientación, no reconoce a veces dónde está, o se queda en un rincón como si hubiese habido un fallo en el sistema y no pudiese darse la vuelta, no hay tanta interacción entre humano y animal, le cambia el patrón del sueño, vocaliza mucho más...
A Birra, por ejemplo, no podemos dejarle una puerta cerrada porque se pone delante y empieza a ladrar, pero un ladrido muy distinto al que ella siempre ha tenido, es como un ladrido de queja, solo uno, cada 5-6 segundos, y no se cansa, puede estar así un largo periodo de tiempo. Luego cuando le abrimos la puerta hay veces que ni se da cuenta de que se la hemos abierto.
Y eso no estodo. Les cambia el carácter, se vuelven más irritables (que eso tampoco es porque “se haya hecho mayor” y ya está, hay que buscar que el animal no esté sufriendo algún dolor, muy común en estas edades, ya sea por un mal estado de la boca, por las articulaciones, o algo interno. Se pasan la noche paseando por la casa y también suelen tener una eliminación inapropiada, se hacen pipí o caca dentro de casa cuando nunca lo habían hecho.
Pero todo esto es como la etapa final de su vida, ocurre al final.
Pero desde que se nos hace mayor, así con 6-8-10 años, sufren patologías, a veces muy comunes, en las que tenemos que ser capaces de darnos cuenta de que algo está pasando y actuar lo más rápido posible, ya que lo que queremos es que nuestro ancianito pues viva con nosotros todo lo que pueda ser posible y con una buena calidad de vida, lo más importante.
Si tienes alguna duda o necesitas más información, no dudes en ponerte en contacto con Mercedes, a través del Whatsapp 633 169 038. También tiene un correo electrónico a su disposición: info@mervet.es