Detenidos por sustraer ropa valorada en más de un millón de euros para su venta en mercadillos de Alicante y Murcia
En una empresa logística de El Bacarot han sido detenidos varios empleados
Puesto de mercadillo en Alicante donde se vendía la mercancía sustraída
Alicante
La Policía Nacional ha detenido a 11 personas, varias de ellas empleadas de una empresa de transporte, por sustraer ropa valorada en más de un millón de euros que posteriormente vendían en mercadillos de Alicante y Murcia a precios muy inferiores a los del mercado.
Según ha informado la Policía, los arrestados sustrajeron cerca de 84.000 prendas de siete tiendas de las provincias alicantina y murcianas situadas en Alicante y Murcia.
La investigación comenzó tras la denuncia de los servicios jurídicos de un grupo empresarial textil, que alertó sobre la desaparición de miles de artículos de ropa de su firma durante el proceso de distribución.
Empresa en El Bacarot
Los agentes descubrieron que varios empleados de una empresa de logística ubicada en la partida rural alicantina de El Bacarot manipulaban las cajas destinadas a tiendas de centros comerciales de Alicante y Murcia para sustraer grandes cantidades de prendas.
Las prendas robadas eran vendidas posteriormente en mercadillos de Alicante, San Juan y Elche con las etiquetas originales, pero a precios muy inferiores, lo que llevó a los agentes a establecer un dispositivo de vigilancia e intervención.
Imagen del almacén donde se guardaba la mercancía sustraída
Imagen del almacén donde se guardaba la mercancía sustraída
Almacén clandestino en Valencia
La investigación permitió localizar un almacén en la localidad valenciana de Sueca, donde se guardaba parte de la mercancía sustraída y donde se localizaron más de 1.800 prendas.
Los agentes detuvieron a un total de 11 personas: siete por delitos de apropiación indebida y hurto continuado, y cuatro por receptación. El valor total de lo sustraído supera el millón de euros y afectó a siete establecimientos comerciales de Alicante y Murcia.
Las prendas nunca llegaron a su destino final en las tiendas, ya que eran desviadas durante el proceso de transporte y distribución por los empleados implicados, que actuaban con total impunidad tanto en los vehículos como en las propias instalaciones de la empresa.
