Cómo evitar que nuestro animal padezca enfermedades bucodentales

Villena

La semana pasada dedicamos el programa a la salud bucodental y hablamos de qué enfermedades pueden padecer nuestros animales. Hoy vamos a descubrir las formas que tenemos para evitar que nuestro animal las padezca.

Como os decíamos la semana pasada, la acumulación de sarro en los dientes provoca inflamación gingival, retracción de las encías, sangrado, pérdida de hueso alveolar que provoca que los dientes no estén bien sujetos y en ultima instancia, la pérdida de piezas dentales.

Y el primer síntoma que nos tiene que hacer pensar en que en la boca pasa algo, es el mal aliento. Esa placa bacteriana que os describía la semana pasada, compuesta por alimento podrido, pelos, saliva y bacterias, oler bien, no huele. De hecho es muy desagradable.

Qué otra cosa nos puede hacer pensar en que hay dolor a nivel de la boca? La salivación excesiva. Si se le caen gotas de baba o tiene saliva densa alrededor de la boca.

También que haya perdido las ganas de comer o directamente no coma cosas duras. O que le haya cambiado el carácter, que esté más irritable o no tolere que le toques la boca. Porque tiene dolor. O que esté perdiendo peso… O que chille directamente cuando esté comiendo. Está claro que ahí pasa algo.

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Y ahora estaréis pensando cómo quito esas placas de ahí...

¿Qué se puede hacer como tutor? Pues lo primero de todo es medicina preventiva, evitar que lleguen a formarse esas placas

Cómo:

Con cepillados mecánicos, manuales (acostumbrarlos desde cachorro) y no con nuestra pasta de dientes, usad una específica para perros o gatos; y si es imposible, hay productos que hacen una función de cepillado químico (tipo gel oral o líquido que se añade al agua de bebida) que evita que se acumule más sarro del que pueda tener (porque ya os he comentado que el que ya existe no se puede quitar con estos productos) y también elimina el mal aliento (temporalmente).

La alimentación, muy importante también ya que hay determinados piensos (no todos) que el acto de masticación produce ya un cepillado.

Y chequeos dentales, donde poder determinar si estamos ante algún problema bucodental.

¿Y qué hacer cuando la medicina preventiva ya llega tarde?

Pues acudir a tu veterinaria de confianza y que sea ella la que realice la limpieza.

Anestesiamos al animal y le hacemos una limpieza de boca con un aparato como el de humana, con ultrasonidos, que rompe esa piedra que está encima del diente y la extraemos. Y también extraemos todos esos dientes que están afectados, porque se mueven, ya no tienen una encía sana que pueda sostenerlos y son dientes que ya no van a cumplir su función y sólo van a general dolor. Hay veces que incluso el diente se va solo detrás de esa placa bacteriana, porque el sarro se ha comido la encía y no tiene nada que lo sostenga, ni siquiera el hueso.

Súper importantes las radiografías dentales, para valorar el hueso alveolar, el que sostiene el diente y las raíces de esos dientes. También para después de la limpieza, cuando ya se han extraído las piezas dentales, para comprobar que no nos hemos dejado ningún trocito de raíz que pueda darnos problemas más adelante. Pedidlas

¿Y si es un perro o gato muy mayor?

Que no os de miedo la anestesia, porque estamos acostumbrados a trabajar con animales geriátricos, y la anestesia es muy segura. Es mayor el beneficio que el riesgo, ya que viven con dolor y además no te das cuenta de que lo tienen, crees que es de la edad… Y una vez hecha la limpieza de boca, los tutores se sorprenden del cambio, dicen que está feliz, contento y que vuelve a jugar o incluso vuelven a bostezar! Que antes no lo hacía y el tutor ni siquiera se había dado cuenta de que no lo hacía.

Así que ya sabéis, todos con un cepillo en la mano y a cepillarles los dientes.

Y recordad, cualquier duda o para pedir cita con Mercedes, podéis encontrarla en redes sociales como @mervet.encasa y a traves del 615659399