El ruido, el enemigo ‘silencioso’ de nuestra salud y de nuestra convivencia
Un ciclo de la Sede Ciudad de Alicante impartido por la investigadora Carmen Santisteban analiza sus consecuencias
La investigadora Carmen Santisteban, autora de la conferencia: “Ruido y señal: sensibilidad individual al ruido”, en Hoy por Hoy Alicante
19:07
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Alicante
'Ruido y señal. Sensibilidad individual al ruido'. Es el titulo de la primera de las conferencias que impartió el pasado viernes la investigadora Carmen Santisteban y que forma parte de un ciclo que analiza las consecuencias y los efectos del ruido.
Santisteban es doctora en Ciencias Matemáticas y una pionera en la divulgación del ruido como contaminante, algo que la sociedad ya ha asumido y que en la actualidad definimos como contaminación acústica. En la década de los 80, cuando esta mujer empezó a analizar las consecuencias del ruido, no se tenía tan claro que estamos ante un "contaminante invisible".
A lo largo de estas charlas, esta experta en Ciencias del Comportamiento analizará las distintas sensibilidades de las personas ante el ruido, incluida la hipersensibilidad, las consecuencias para nuestra salud y para nuestros procesos cognitivos y la gestión y el control del ruido en nuestras ciudades.
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Las charlas restantes tendrán lugar los viernes, 24 y 31 de enero y 7 de febrero, a partir de las 19 horas en la Sede Ciudad de Alicante de la Universidad de Alicante.
En la conversación en Hoy por Hoy Alicante con Carmen Santisteban, esta especialista ha asegurado que el ruido no es un contaminante menor y que tampoco podemos vivir de espaldas al ruido o asumir que es un riesgo a pagar para conseguir el progreso de nuestras sociedades.
Por otra parte, sobre algún tópico relacionado con el ruido, en la charla, también hemos tenido ocasión de comentar si nuestro país es uno de los más ruidosos del mundo. Al respecto, afirma que es cierto que fruto de nuestra idiosincrasia y de la climatología, hacemos buena parte de nuestra vida en la calle, pero que de ello no se puede inferir que seamos más ruidosos que otros muchos países, en donde otros condicionantes elevan los decibelios que se registran en sus calles.