La historia de un Guardia Civil que salvó de la muerte a una mujer que pasó cuatro horas aferrada a una señal para evitar ser arrastrada por la riada
Ocurrió en la V-30 a su paso por el término municipal de València
La historia de un Guardia Civil que salvó de la muerte a una mujer que pasó cuatro horas aferrada a una señal para evitar ser arrastrada por la riada
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València
Nueve días después de la DANA, no paramos de conocer historias que nos permiten hacernos a la idea de la dimensión de la tragedia, del horror que pasaron las víctimas en esa riada del martes pasado por la tarde noche. Esta es la historia de Emilio. Emilio Aznar, un teniente de la Guardia Civil que, con la ayuda de un chico de protección civil y dos camioneros, logró salvar a una mujer que estuvo cuatro horas aferrada a una señal de tráfico para evitar ser arrastrada por la riada.
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Esa noche del martes 29 de octubre el teniente de la Guardia Civil, Emilio Aznar, un agente de Castellón, fue enviado aquí a Valencia a echar una mano cuando comenzó a complicarse la cosa. Le destinaron a regular el tráfico en la V-30, la autovía que va en paralelo al nuevo cauce del Turia, un río que a eso de las 8 de la tarde ya comenzó a desbordarse. La gente tenía que huir de sus coches mientras los arrastraba la corriente. Eso le sucedió a una mujer que pudo sostenerse a una señal de tráfico. Ahí llevaba ya dos horas cuando llegó este agente a las 10 de la noche.
"Fuimos ahí cuatro personas, no fui solo yo. Yo me considero la cara visible de este servicio, pero ahí estaba Protección Civil, había sanitarios y sobre todo camioneros que nos brindaron sus cinchas para poder unirlas y poder llegar hasta ella. Se hizo una gran labor, un gran trabajo en equipo. Y al final un método muy rudimentario, pero muy efectivo, fue atar en la última cincha botellas vacías, que flotan, para poder llegarla. Estuvimos como una hora y media intentando llegar a la mujer. Era imposible" ha narrado el agente.
Una hora y media tirando esa cuerda una y otra vez para conseguir alcanzar a la mujer. Un tiempo que se hizo eterno sobre todo por el peligro que corrían ellos a merced del viento y el agua que subía, pero especialmente ella.
"Ahí bajaba de todo, ramas, cañas, objetos que iban por bajo el agua que nosotros no veíamos. Sufríamos por ella. Al final lo que nosotros queríamos era salvarla y estaba claro que no nos íbamos a ir hasta que no la salvaromos", ha narrado el teniente Aznar.
Pero al final en uno de esos intentos consiguieron que la mujer cogiera el otro extremo de la cuerda. Intentaron tranquilizarla, le explicaron cómo atarse bien fuerte y ahí en realidad comenzó lo más difícil de este rescate.
Según ha explicado, "para nosotros el momento más difícil fue cuando ella se iba a soltar, para que no se la llevara la corriente. Fueron unos segundos interminables. Una vez se soltó rápidamente con toda la dificultad del viento, el suelo resbaladizo y el caudal del Turia detrás, pues conseguimos salvarla. Una vez la tuvimos a salvo ya, pues poco a poco volvimos al inicio y allí pues nada, ya con la protección civil y los efectivos sanitarios se la llevaron al hospital con una pequeña hipotermia. Pude hablar con ella el domingo. Se encontraba mejor, dentro de todo lo que había sufrido".
No ha querido desvelarnos qué se dijeron. Dice que prefiere guardárselo para él. Pero que fue un momento muy emotivo. Hoy estaba feliz. El teniente Aznar cree que su trabajo es éste, ayudar a la gente.
"Es un momento de mucha alegría. Somos de carácter benemérito. Para un Guardia Civil la mayor satisfacción es un auxilio humanitario, cuando salvas una persona. No hay mayor servicio que ese, que el poder ayudar. Es para lo que trabajamos fundamentalmente", ha concluido el teniente Emilio Aznar.
Otra de esas historias de esta DANA, este con un final feliz.
Radio Valencia
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Manuel Gil
Redactor de Radio Valencia Cadena SER