Alanna denuncia que la prevención y atención a víctimas de violencia machista no se refuerzan durante el verano

València

"Los que se van encabronando", como dice la fundadora de la Asociación Alanna, Chelo Álvarez, son los agresores machistas, que en verano, en vacaciones, sienten que pierden el control sobre sus parejas. Quizá porque tienen vacaciones, quizá porque los niños, si los hay, no van a clase, quizá porque hay comidas y cenas con amigos, o planes sociales, o porque agresor y víctima pasan más horas juntos, o porque huir es más difícil. Las cifras de asesinatos machistas de este año, como las de otros, señalan un pico importante en verano, que a veces también se da en otros periodos festivos como Navidad.

"Estas dinámicas de control y violencia ocurren todo el año", señala Álvarez, pero el verano multiplica las posibilidades de ejercer daño a mujeres y niños. Por eso suelen aumentar los feminicidios y la violencia vicaria. Los menores, explica, sufren especialmente esta violencia en el caso de parejas separadas porque en ocasiones "la custodia está compartida entre las madres y los padres maltratadores y tienen que partirse las vacaciones entre ambos".

No debería pasar porque los hijos e hijas de las víctimas, a todos los efectos, también son víctimas. Pero pasa. La fundadora de Alanna explica que ocurre porque la Ley de Protección de la Infancia y la Adolescencia establece que se podrán adoptar medidas cautelares respecto a la custodia de los niños en casos de violencia de género, pero si el juez lo estima conveniente.

"El sistema VioGén necesita una revisión amplia"

No es, por lo tanto, una cuestión cerrada, sino abierta a la interpretación y por esa abertura se cuela a veces la violencia. Además, en verano aumenta el número de separaciones y divorcios, que son un disparador de violencia extrema contra las mujeres. ¿Y qué medidas especiales se adoptan para reforzar los sistemas de prevención y atención a las víctimas en verano, si sabemos que suelen darse picos de casos? Denuncia Chelo Álvarez que ninguna.

Álvarez cree que el sistema VioGén necesita una revisión amplia para que pueda coordinarse con los juzgados y se puedan dictar inmediatamente órdenes de alejamiento y detención que eviten la violencia y las muertes. En la era de la tecnología, lamenta Álvarez, todavía no existe un sistema que de verdad cruce datos entre todas las administraciones públicas. Considera que la reforma pendiente del VioGén es imprescindible para dar seguridad a las mujeres víctimas, de las que hoy solo denuncia un 30%.

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