Ni Lim ni Corona han captado el aviso: el mercado del Valencia vuelve a ser una vergüenza

Valencia

De las múltiples situaciones vinculadas a la felicidad que Meriton nos ha robado en esta década ominosa al frente de la gestión en el Valencia CF SAD, una de las peores se produce en las pretemporadas. Un tiempo antaño dedicado al revuelo mediático por la llegada de los nuevos fichajes, la expectación de los primeros bolos veraniegos, la ilusión en el rostro de los peques pegando los cromos de la nueva plantilla en el álbum y los nervios en el estómago acudiendo a Mestalla para la presentación en sociedad de los jugadores y la disputa del Trofeo Naranja. Peter Lim y su decadencia impuesta ha mandado todo eso al garete. La realidad que Meriton y el local management pretenden que aceptemos es otra muy distinta, un puñetero drama. Nos han cambiado los refuerzos de verdad (que sí han hecho otros equipos con objetivos tan dispares como Girona, Betis, Villarreal o Deportivo Alavés) por un catálogo de chavales procedentes del Mestalla: Iker Córdoba, Javi Pamies, Borja Calvo, David Otorbi... Los hay mejores y peores. Más acertados o menos. Pero ese no es el tema. Analizándoles como si fueran jugadores asentados en Primera (el perfil que realmente necesita Baraja), estaríamos cayendo en la trampa de Meriton y el director deportivo. Esto no es normal. Nunca lo será. Por mucho que intenten meternos con calzador el pensamiento único.

Que a 25 de julio el Valencia solo haya firmado libre al portero del Rayo y, a la tercera intentona, a Rafa Mir -cedido- es especialmente grave porque venimos de dónde venimos. El equipo consiguió su última victoria en partido oficial el 15 de abril en Pamplona. Después, solo ganó aquel extraño amistoso de postemporada en Benidorm. El vestuario envió señales muy evidentes una vez logró el objetivo mínimo de la permanencia. No le dio para pelear por Europa. Por efectivos, experiencia en el primer nivel y calidad es, con diferencia, de los peores equipos de Primera de mediocampo hacia delante. La demarcación de extremo sigue siendo un drama. Canós, por el momento, no ha disipado las dudas generadas con su rendimiento en la temporada 23/24. Diego López tendrá que jugar por fuera habiendo demostrado que es mejor cuando aparece desde la segunda punta. Fran Pérez no acaba de superar esa engorrosa lesión lumbar que nos ha impedido saber a ciencia cierta si estaba preparado para jugar una temporada completa en Primera. Otorbi tiene 16 años. Poner en banda a jugadores como Guerra o Almeida son experimentos con gaseosa.

Con la boca pequeña, como todos los veranos, en el club señalan a Singapur y sus rigores económicos como causante de este descalzaperros. Pero me llama la atención, por ejemplo, el Deportivo Alavés. Con grandes limitaciones presupuestarias, ya lleva realizados siete fichajes. Entre todos, únicamente ha desembolsado 5'5 milones de euros: Moussa Diarra, Hugo Novoa, Manu Sánchez, Tomás Conechny, Luka Romero, Asier Villalibre y Stoichkov. ¿No tenía trabajadas Corona alternativas de jugadores cedidos como Luka Romero sabiendo las enormes carencias del equipo en zona de creación y en los extremos? ¿No vuelve a ser un completo esperpento hacer esperar a un jugador que QUIERE VENIR como Luis Rioja hasta que se encuentre una solución para el sainete de Castillejo?

El entrenador, no es para menos, está preocupado. Mucho. Aunque en público guarde las formas. Sabe que lo peor está por venir porque, como poco, le venderán un jugador importante antes del cierre del mercado. Trabaja con lo que tiene pero ha indicado al club que es "prioritario" y "muy necesario" reforzarse en los extremos. Y después tomar decisiones antes del 31 de agosto para reforzarse en las demarcaciones en las que se produzcan salidas.

Como es costumbre en la casa, nadie explica nada. Alguna rápida respuesta de Miguel Corona el día de la presentación de Rafa Mir y Dimitrievski... y poco más. Frases hechas, discursos aprendidos repletos de tópicos. Humo. "Vamos a intentar mantener la mayor competitividad posible del equipo dentro de la salud financiera de la que venimos hablando hace un año". Esto dijo Corona el pasado 11 de julio. Una tomadura de pelo. El equipo es de todo menos competitivo de medio campo hacia delante. Y en defensa, la estabilidad en la temporada dependerá en gran medida de que chavales como Mosquera, Tárrega, Yarek o Jesús Vázquez no se estanquen ni tengan dudas o descensos en su rendimiento. Que, por otro lado, serían comprensibles. Un director deportivo con personalidad y nivel ya se habría plantado en Singapur para exigir soluciones después de ver cómo al equipo se le paró el reloj en la recta final de la campaña anterior.

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Alguno en el club empieza a tener problemas para conciliar el sueño pensando en la rueda de prensa de Rubén Baraja el 10 de agosto después del Trofeo Naranja contra el Eintracht Frankfurt. Porque esto vuelve a ser otro verano más una puñetera vergüenza. Y no por repetido hay que dejar de denunciarlo. Como todas las temporadas desde que Lim echó a cajas destempladas a Marcelino y Mateu Alemany seguimos jugando a la ruleta rusa, a que haya tres equipos peores.

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