Los de Abascal nunca van a romper el pacto en la Comunitat Valenciana

Alicante

Empezamos a renunciar alegremente a banderas como la del Orgullo. Unos consejeros del Consell Valencia de Cultura amenazan a otros, que se oponen a la ley de concordia, con la que se quiere acabar con la de memoria democrática. Se aprueba la contrarreforma lingüística y hay quien entiende como un triunfo que el valenciano deje de ser la lengua base en un centenar de colegios e institutos. Vox amenaza con la boca pequeña con romper los gobiernos autonómicos si aceptan acoger a menores inmigrantes no acompañados que han llegado a Canarias.

Hay quien pretende que la diversidad, la lengua y la solidaridad dejen de ser valores democráticos y ya las utilizan como armas arrojadizas. Hay quien entiende que el que habla valenciano es un progre, que lo hace para ofender y que en ningún caso es parte de la riqueza cultural de un pueblo.

Los de Abascal nunca van a romper el pacto en la Comunitat Valenciana porque su objetivo ya se ha cumplido, vuelven a dominar el mensaje, equiparan inmigración con delincuencia y trasladan la presión al Gobierno central. Algún día nos darán un buen susto, como en Francia en sus elecciones legislativas.

Así que vamos a sestear, que ya es julio, vámonos de vacaciones y vamos a pensar que esto es un mal sueño del que despertaremos en septiembre.

Enredando con el ‘cupo vasco’