Cómo superar tus miedos: El circuito del coraje

Villena

Este es un concepto del Dr. Andrew Huberman, neurocientífico de la Universidad de Stanford, que propone que nuestros cerebros están equipados con un circuito neuronal específico que nos permite enfrentar y superar el miedo.

Este circuito del coraje, representa una vía práctica para transformar nuestra relación con el miedo, ya que involucra varias áreas del cerebro, incluyendo la amígdala, el hipotálamo y la corteza prefrontal.

La amígdala detecta el miedo y activa una respuesta de lucha o huida, mientras que el hipotálamo regula esta respuesta a través del sistema nervioso autónomo.

Sin embargo, es la corteza prefrontal la que juega un papel clave en la regulación consciente de nuestras reacciones. Esta área del cerebro nos permite evaluar situaciones de manera racional y decidir conscientemente enfrentar nuestros miedos.

¿Qué debemos hacer para activar este circuito del coraje?

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Practicar la exposición gradual a lo que tememos.

Este proceso implica enfrentar nuestros miedos en pequeñas dosis controladas, lo que permite que nuestro cerebro se adapte y disminuya su respuesta de miedo con el tiempo.

Por ejemplo, si alguien teme hablar en público, podría comenzar practicando discursos frente a un espejo, luego ante una pequeña audiencia de amigos cercanos, y finalmente, en escenarios más desafiantes. Esta exposición progresiva ayuda a reconfigurar el circuito del coraje, haciendo que las situaciones previamente temidas se vuelvan manejables.

Además de la exposición gradual, Huberman destaca la importancia de la respiración controlada.

Técnicas como la respiración diafragmática o la respiración en caja (inhala 4 segundos, sostiene 4 segundos, exhala 4 segundos y mantienes la exhalación 4 segundos) pueden ayudar a calmar el sistema nervioso y reducir la intensidad de la respuesta de miedo.

Esto no solo facilita la activación del circuito del coraje, sino que también fortalece la capacidad de la corteza prefrontal para intervenir y moderar nuestras reacciones emocionales.

De hecho, imaginar que nos enfrentamos con éxito a una situación temida puede preparar mentalmente a nuestro cerebro para esa experiencia, disminuyendo la incertidumbre y el miedo anticipado.

Esta técnica se apoya en el principio de que el cerebro, al no distinguir completamente entre la experiencia real y la vivida a través de la imaginación, puede entrenarse para responder con más coraje en situaciones reales.

Finalmente, Huberman subraya el poder de la comunidad y el apoyo social. Compartir nuestras experiencias y temores con personas de confianza crea un entorno de seguridad y respaldo, lo que es vital para fortalecer el circuito del coraje. Saber que no estamos solos y que contamos con apoyo puede ser el impulso necesario para enfrentar nuestros miedos con mayor determinación.

En definitiva, este concepto nos ofrece un enfoque científico y práctico para superar el miedo. Nos empodera para enfrentar nuestros miedos de manera más efectiva y vivir vidas más plenas y libres de limitaciones.