Toda la verdad del ‘caso’ Morales y la indignación entre la comunidad granota

Valencia

Decir que el levantinismo no quiere el regreso de José Luis Morales es generalizar porque no he tenido la oportunidad de hacer una consulta personalizada entre los 15.500 abonados que acuden a Orriols, pero es indiscutible que la reacción de un porcentaje elevado de la masa social granota y que se expresa en redes sociales ha manifestado su indignación por el primer fichaje de la próxima temporada, si el Comité de Control Económico de la LFP autoriza su regreso al Levante.

A Morales siempre le perseguirán unas declaraciones en ‘El Larguero’ de la Cadena SER tras hacerle un doblete al Villarreal y en las que expresó su firme deseo de seguir en el club granota aunque se consumase el descenso de categoría. En ese instante, restaban ocho jornadas por disputar y el equipo de Alessio Lisci estaba a 6 puntos de la permanencia.

Dicen que la información es poder, mientras que la desinformación no solo es inexacta, sino que tiene por objetivo engañar y se difunde con el fin de causar graves prejuicios.

Probablemente, muchos de los que se han pronunciado en redes sociales desconozcan todo lo que ocurrió en el transcurso de esos 50 días y que motivos impulsaron a Morales a ‘cambiar de opinión’ para terminar firmando en Villarreal.

Las cosas siempre son mucho más fáciles de explicar desde la verdad que desde las múltiples justificaciones que una parte busca para ocultar la realidad sobre una decisión impopular que había que adoptar con un delantero que acababa de firmar su mejor temporada con 13 goles y 7 asistencias.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Quico Catalán y Felipe Miñambres nunca quisieron que Morales se quedase en el club y el ‘Comandante’ nunca tuvo una oferta de renovación en tiempo y forma para cumplir el deseo que manifestó en ‘El Larguero’. Todo lo demás fue maquillaje.

El descenso de categoría activaba una cláusula que liberaba al Levante del último año de contrato de Morales. Desde el 2 de abril que el futbolista expresó en la SER la voluntad de seguir aunque perdiera la categoría y hasta la despedida del equipo en Orriols ante el Alavés, el presidente ejecutivo y el director deportivo no movieron ni un músculo para decirle a Morales que se olvidara de esa cláusula y que negociarían un nuevo contrato para que pudiera seguir.

La única preocupación de Quico Catalán y de Miñambres cuando se consumó el descenso en el Santiago Bernabéu era vender jugadores y encajar en un presupuesto de Segunda los contratazos de Rubén Vezo, Mustafi y Campaña. El Levante no quería asumir otra carga salarial. Punto final.

Morales era un tema menor porque ya había dicho en ‘El Larguero’ que se quería quedar, pero la realidad es que Morales no tenía contrato, era agente libre y no sintió que su continuidad fuera una prioridad para el club, mientras el Villarreal, el Betis y equipos de la Major League Soccer y de México le ponían un cheque en blanco.

Morales percibió que no le querían a pesar de las múltiples conversaciones que su agente y el propio jugador mantuvieron con el presidente ejecutivo y con el director deportivo durante esas seis semanas de incertidumbre.

Solo cuando el club detectó que Morales ya había dado el paso para iniciar conversaciones con otros clubes ante la falta de una propuesta concreta del Levante, le ofreció una renovación a la desesperada por dos temporadas para justificarse ante la opinión pública. Quico volvió a errar en sus tiempos.

Lo que jamás sospechó el presidente ejecutivo es que sus amigos del Villarreal y el 'Comandante' le dejarían con los tirantes por los tobillos, en ridículo, algo que no estaba dispuesto a tolerar, ni a escenificar en una rueda de prensa conjunta de despedida.

Si Morales hablaba abiertamente existía un serio riesgo de que se produjera un intercambio de papeles entre quién representaba al héroe y quién representaba al villano. El club le ‘sugirió’ el video como formato de salida y así no habría dudas sobre quién era el traidor.

Por primera vez en once temporadas, Morales pensó en Morales antes que en el futuro del Levante, así lo manifestó en SER Deportivos el día de su adiós.

El ‘Comandante’ no estaba dispuesto a revivir la mala experiencia de esperar a que Quico Catalán cambiara de posicionamiento por la presión social, como ya le ocurrió la noche en la que históricamente se clasificó para las semifinales de la Copa del Rey. Morales rompió a llorar en el centro del campo y se vio fuera de su club porque el presidente se había empeñado en ofrecerle un contrato vitalicio revisable anualmente y que él no estaba dispuesto a firmar.

En aquella ocasión, Morales pensó en el Levante antes que en Morales cuando congeló todas las ofertas que tenía desde hacía varias semanas para firmar y la situación se pudo reconducir tras la euforia copera con una renovación nocturna y de urgencia sin que el Consejo de Administración, Paco López y Manolo Salvador tuvieran conocimiento.

Así se escribe la historia, sin adentrarnos en el gesto que Morales tuvo el pasado verano cuando podía haber instado el concurso de acreedores o haber generado una situación de riesgo de descenso administrativo por impagos cifrados en dos millones de euros y fue el primero en entender que el Levante estaba por encima de su salario y que el club se lo abonaría en cómodos plazos.

De esas conversaciones con el Consejero Delegado, José Danvila arrancó la voluntad de unir sus caminos si Morales estaba dispuesto a dar el paso y apostar por su regreso al Levante. Esa unión se formalizará en un contrato a partir del próximo 1 de julio si el Comité de Control Económico de la LFP y el estado del fair play financiero del Levante lo permiten.

Sigue toda la última hora en el canal de Whatsapp de Radio Valencia: haz clic aquí y suscríbete para recibir toda la información y la actualidad del día en tu móvil.