Bomberos Forestales y Acció Ecologista Agró coinciden: "A la consellera Elisa Núñez le viene grande el cargo"

Valencia

Los bomberos forestales han vuelto a salir a la calle este martes en València para protestar por los recortes del gobierno de Carlos Mazón y han advertido de que si no se atienden sus reivindicaciones se verán obligados a convocar una huelga indefinida.

El portavoz del sindicato CGT, Ferran Edo, en nombre de todos los sindicatos con representación, ha explicado que a la consellera, Elisa Núñez, el tema de la gestión de la prevención y extinción de incendios le viene grande. Que desde la oposición todo se resuelve en nada, pero que cuando le ha tocado gobernar ni ha resuelto los problemas que ya tenían con el Botànic, ni tampoco ha sabido hacer frente ni prevenir los nuevos que han ido surgiendo. En su lugar, la política del Consell es "cicatera y de recortes", y los hechos les están dando la razón. Edo afirma que "Núñez no está a la altura".

Los bomberos forestales insisten y piden la estabilización del personal, la contratación los 365 días del año, la aprobación del convenio colectivo y la plena operatividad las 24 horas del día con un tercer turno de trabajo y un séptimo componente de refuerzo en los turnos.

Acció Ecologista Agró se pregunta cuántos incendios más hacen falta

Afirma Acció Ecologista que el gobierno valenciano debería centrar sus esfuerzos en la prevención y no en la extinción. Carles Arnal, de la Comissió Forestal del colectivo ecologista, ha explicado en declaraciones a la SER que "el Consell no atiende a los datos y va siempre por detrás. El 80% de los incendios forestales tienen origen humano. Y como principal causa (siempre en primer o segundo lugar) están las quemas agrícolas. No son por tanto solución sino fuente de problemas" y aboga por la trituración que "es más barata que introducir maquinaria pesada en el monte para eliminar vegetación porque, además, eso no evita incendios".

Explica Arnal que los gastos que eso genere debería asumirlos directamente la Generalitat para no sobrecargar a ayuntamientos pequeños y a agricultores porque, afirma, que "devolver el uso al bosque suena muy bucólico pero es muy poco realista". Las actividades económicas que mantenían vivos esos entornos desaparecieron por razones económicas. Ahora, lo que toca es mantener lo que queda y buscar nuevas formas de aprovechar esos entornos, como el turismo de interior. "Pero eso no acabará con los incendios si no se trabaja de forma decidida en la prevención".

Agró ha apuntado que los incendios en abril de 2020, durante la pandemia, marcaron "la cifra más baja de la historia", solo tres, que no llegaron a quemar ni una hectárea gracias a que "no se podía encender fuegos en el bosque y estaban muy limitadas las actividades humanas".

"Esto es una demostración, sin paliativos, de que es posible llegar a suprimir los fuegos de origen humano si existe voluntad política, decisión y unos pocos más medios de los que ahora se destinan a evitar el fuego", ha aseverado Arnal, al tiempo que ha precisado que "bastaría con medidas apropiadas y específicas relativas a algunas actividades y a ciertas instalaciones e infraestructuras".

En concreto, ha destacado que las medidas deberían tener la intención de "erradicar el fuego en el bosque y las áreas inmediatas, limitadas en zonas forestales concretas (no necesariamente todas) y en determinados momentos". Además, considera que la normativa local debería elaborarse con participación ciudadana y transparencia, pero "con directrices básicas generalizadas en todo el territorio para maximizar su eficacia, y con medidas de evaluación".

"No se trata solo de prohibir, sino de incentivar y ayudar a implantar alternativas y regular de manera más rigurosa, y con mayor contundencia, las prácticas más peligrosas o inadecuadas".