El Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene "serias dudas" sobre exhumar en Paterna sin escuchar a los familiares

València

Hace unas semanas les contamos que la futura Ley valenciana de Concordia, la que sustituirá a la de Memoria Democrática y que el Gobierno de España llevará al Tribunal Constitucional ha indignado a las asociaciones memorialistas que entienden que prevé igualar a los dos bandos de la guerra civil. Denuncian que la ley prevé paralizar todos los trabajos en defensa de la memoria histórica a excepción de las exhumaciones. Y precisamente eso, las exhumaciones, han avivado en los últimos tiempos un debate en el seno de estas asociaciones.

La decisión ya se tomó durante los últimos meses del Botànic y se ejecutará ahora, a pesar del cambio normativo que prepara el Consell para sustituir la ley de memoria histórica por la que llamarán "de concordia". El Consell exhumará todas las fosas comunes del cementerio de Paterna que quedan sin abrir, unas 40, para sacar de ellas los restos de represaliados del franquismo. Una decisión que no comparten algunas de las familias de estas víctimas de la represión, que han constituido colectivos y asociaciones para oponerse, pero que también despierta serias dudas en el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, que cree que este proceso no se puede hacer a espaldas de las familias. Dice Matías Alonso, su presidente, que su grupo de memoria histórica no promueve ninguna exhumación si no viene la familia a pedirla, y dice que en este caso no ha ocurrido. Cree que los familiares de las personas que están en esas 40 fosas son muy diversos y no están todos con el puño en alto y cree que cualquier acción de este tipo tendría que haberse consensuado con ellos antes, dice, de meter la azada.

Además, critica que el destino de los restos que se saquen vaya a ser, de forma ineludible según la norma anterior, el columbario de nueva construcción. Se ha alzado, precisamente, para los restos sin identificar, y Matías Alonso denuncia que todo lo que se saque de allí vaya a ir a parar al columbario, sin respetar ni preguntarse por los deseos de los familiares.

Dice Alonso que las fosas donde están enterrados también guardan parte de los restos de las personas que durante años se han mezclado con la tierra. Además, recuerda que las familias, en muchos casos, tuvieron que comprar a precio de oro las parcelas donde estaban las fosas para poder erigir lápidas en homenaje a sus muertos.

En cualquier caso, la propuesta del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica es convertir el cementerio de Paterna en un lugar de memoria. Ello implica que, aunque se exhumen las fosas que quedan, después se les debería restituir su aspecto original, con sus lápidas y su zonificación, algo que también marca la Ley de Memoria Estatal a pesar de que vaya a derogarse la autonómica. Pero además, pide al Gobierno de España que tenga esta consideración el paredón donde se llevaban a cabo los fusilamientos y que se erija un memorial digno que contenga los más de 2.000 nombres de los represaliados y fusilados.