Las comunidades de vecinos, en alerta tras el incendio de Campanar

València

A raíz del incendio que el pasado jueves calcinó dos edificios de viviendas en el barrio de Campanar de la ciudad de València, son muchas las comunidades de vecinos que empiezan a preguntarse si los materiales con los que están construidas sus fachadas son similares a los del siniestrado. Tanto que es así que el temor a que se repita una desgracia de tal magnitud en sus hogares les ha llevado a elevar esta preocupación a sus respectivos administradores de fincas.

Así lo ha confirmado este martes Sebastián Cucala, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Valencia, en una entrevista en el magacín Hoy por Hoy Valencia, donde ha asegurado que los propietarios están empezando a exigir unas condiciones de seguridad más garantistas. "Todos los días recibimos consultas porque lo que ha ocurrido está muy reciente todavía y la gente tiene el susto en el cuerpo". Consultas en las que se buscan respuestas a la pregunta más habitual en estos casos: ¿qué medidas se pueden adoptar para minimizar las consecuencias de un incendio? Es decir, "explorar la opción de la detección de humo en las zonas comunes y colocar alarmas que alerten de su presencia para poder efectuar un plan de evacuación ágil y evitar daños mayores".

Afirma que las empresas especializadas en la materia están saturadas ante el aluvión de peticiones de asesoramiento que han recibido en las últimas horas, especialmente procedentes de aquellas personas que viven en fincas antiguas, cuyo principal objetivo es colocar extintores -ya que únicamente están obligados a hacerlo los edificios construidos a partir del año 1996-. Y la consecuencia de ello, de este notable aumento de las consultas, es que han decidido organizar para mañana mismo una jornada informativa centrada en orientar a los vecinos que residen en edificios con fachadas ventiladas, como era el caso de los incendiados en Campanar.

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"Reconstruir los edificios será menos gravoso que demolerlos"

Luis Sendra es decano del Colegio de Arquitectos de la Comunitat Valenciana y defiende que la opción de reconstruir la estructura de los edificios afectados por las llamas en el pavoroso incendio de Campanar será más económica que la de demolerlos, aunque puntualiza que, antes de tomarse cualquier decisión, deberá realizarse una comprobación exhaustiva que determine qué afección ha provocado el fuego a sus cimientos.

"Las estructuras de los edificios están preparadas para no colapsar y, de hecho, en este caso no han colapsado. Ahora habrá que analizar si los diferentes elementos (los pilares forjados, básicamente) que han estado más expuestos a las llamas han mermado su resistencia en mayor o menor medida. Si son salvables, el precio de la intervención será menos gravoso que demoler el edificio, que supondrá millones de euros, y volver a construir uno de cero", ha explicado.

No obstante, señala que, "en la primera inspección visual, ya se puede comprobar qué zonas han sufrido un mayor impacto del fuego y, con esos datos en la mano, se pueden hacer pesquisas. Pero vamos, de momento la percepción es que la estructura ha resistido bien, aunque habrá que esperar el resultado final de los informes".

Y la prueba de esta aparente buena resistencia es que esta mañana se ha autorizado la entrada de los vecinos a sus pisos para la retirada de los pocos enseres personales que hayan podido salvarse del fuego. "Es un indicador claro de que la parte estructural puede ser utilizada", ha concluido.

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Una demolición integral tendría menos impacto que una demolición planta a planta

¿Qué pasaría si finalmente no quedase más remedio que derribar los edificios siniestrados? Nos lo ha contado Adolfo García, ingeniero de minas y director de Dmol, una compañía especializada en demoliciones. "Para que un edificio se pueda demoler debe declararse previamente como ruina, algo que ocurre cuando el coste de la reparación del inmueble supera el 50 por ciento de su valor".

Es entonces cuando debe elegirse el sistema de demolición: "Podría darse el caso de que hubiera que demoler la estructura sobre el arrasante del edificio o, también, que hubiera una demolición integral, incluso de los sótanos que no se han quemado. En este último supuesto, quedaría un muro de contención de tierra de tres plantas de altura".

"Es pronto para hablar de costes, aunque, en cualquiera de los casos, y dada la envergadura de los edificios afectados, no va a ser menor. La demolición integral, bien sea con brazo de largo alcance o mediante explosivos, sería más barata que una planta por planta, que exige un mayor esfuerzo y más medios que la anterior", ha confirmado.