Prohíben a un niño con autismo entrar con su perro a un centro comercial en Valencia

Madrid

Esta semana Pablo, un niño que padece de un Trastorno del Espectro Autista (TEA) y su familia, acudieron a un centro comercial de la localidad de Paterna (Valencia) y el vigilante les negó la entrada por ir acompañados de su perro de asistencia. Según han relatado al medio 'El Levante', no era la primera vez que visitaban el establecimiento y en ningún momento les había surgido ningún problema.

Según ha contado el padre del menor al medio valenciano, "vino el de recursos humanos y el encargado" a resolver el conflicto ya que el vigilante insistía en que "solo podían entrar perros guía y perros policía".

"Les informé de la Ley y no me hicieron caso. Llamé a la policía local y vino, pero nos dijeron que no podíamos entrar", ha relatado el padre de Pablo después de indicar que se tuvieron que ir porque no obtuvieron el permiso para visitar el centro comercial.

Según especifica el decreto del Consell 167/2006 de 3 de noviembre que desarrolla la ley, una persona con discapacidad puede acceder a cualquier lugar público junto a su perro de asistencia.

La familia ha puesto una denuncia y ha tramitado una queja en la oficina del consumidor. Además según ha indicado el padre, también han mandado "un correo al centro comercial explicando lo sucedido y pidiendo una rectificación". Como respuesta, el director del centro comercial ha llamado a la familia para pedir disculpas por lo sucedido aclarando que "todo había sido un malentendido" y que les daba la razón.

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El pasado lunes 19 de febrero, Pablo, su fiel amigo y su familia fueron a un centro comercial de la localidad valenciana de Paterna al que ya habían acudido en otras ocasiones, como han contado ellos mismos al medio de comunicación 'Levante'. Sin embargo, su sorpresa fue mayúscula cuando el vigilante de la entrada les negó la entrada al ir acompañados de Xouba.

Según el propio trabajador de seguridad, al recinto tan solo podían entrar perros policías y perros guías. El padre de Pablo habló con el trabajador y le informó de que los perros de asistencia también podían entrar en los lugares públicos según contemplaba la ley. Sin embargo, el trabajador de seguridad siguió defendiendo su postura y les imposibilitó la entrada.

Fue entonces cuando el padre del niño decidió llamar a la Policía denunciando lo sucedido. Al recibir la llamada, una patrulla de la Policía Local se acercó hasta el centro comercial para mediar en la disputa. Al desconocer la legislación actual los agentes de la Policía Local tampoco dejaron entrar a la familia.

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Completamente enfadado, el padre de Pablo se acercó hasta la comisaría de la Policía Nacional donde denunció lo ocurrido y, también, tramitó otra queja en la Oficina del Consumidor.