Una hipérbole “histórica”

Alicante

El Gobierno de la Generalitat y por imitación el del Ayuntamiento de Alicante se han instalado en una continua hipérbole. Han desgastado el adjetivo “histórico” -todo lo que hacen merece ese calificativo y otros similares- y la puesta en marcha de la futura estación del TRAM de Renfe, de la que hace unos meses el alcalde dudaba de su necesidad, ahora es una auténtica revolución.

Tanto Mazón como Barcala tienen esa predisposición para asegurar que hemos pasado del cero al infinito en la ejecución de unas obras que en su mayoría son heredadas del Botànic. Hay otras actuaciones propias, por ejemplo, el futuro centro de congresos, cuya puesta en marcha sigue sin avanzar pese a los plazos que ellos mismos marcaron.

Sé que tanta ostentación es propia de los tiempos mediáticos o virtuales que vivimos, pero si hablamos de obras públicas, un poco más de modestia no les vendría mal, porque el reto de hacer la estación y extender el tranvía no es pequeño.

No llevamos ni un año de legislatura, han puesto el listón muy alto, dentro de cuatro años no habrá excusas, y habrá que medirles por todas las acciones cumplidas.

Juan XXIII, pobreza y desatención (sin que nadie se ruborice)