Felipe, 28 años y adicto al juego por más de una década: "Dejé de apostar cuando me metí en problemas graves con la justicia que me hicieron temer por mi libertad"

Castellón

Felipe, un joven de 28 años de la provincia de Castellón, forma parte del equipo de profesionales de Patim Castelló desde los 20 años, para tratar de rehabilitarse de su adicción a las apuestas. Este testimonio explica en A Vivir Castellón que arrastra problemas de adicción al juego desde hace más de diez años, pero no fue hasta los 24 cuando "tocó fondo".

Un punto de inflexión que le hizo tomarse en serio una rehabilitación en la que se embarcaba desde hacía cuatro años, incitado por su familia, pero de la que hacía caso omiso. "Iba a terapia por mis padres, pero estuve cuatro años combinando eso con las apuestas todos los días", se sincera Felipe.

Aprovechando el Día Mundial del Juego Responsable, que se celebra este sábado, asociaciones como Patim Castelló--encargadas de tratar esta y otro tipo de adicciones--advierten del aumento de jugadores, apuestas, salones de juego y uso abusivo de las pantallas. Según el último informe de la entidad, uno de cada cuatro pacientes de la provincia se deben a las adicciones sin sustancia, como la ludopatía.

Más prevención y menos reacción

Paco López, sociólogo y presidente de Patim Castelló, exige más políticas de prevención y tratamiento. Los expertos aseguran que "no hay una forma responsable de jugar", sino que los responsables han de ser las empresas y administraciones con una mayor prevención.

Contradicciones en las políticas sobre adicciones del gobierno autonómico

Desde Patim critican las "contradicciones" del gobierno autonómico. En diciembre, presentaron en Les Corts dos enmiendas contra la Ley del Juego que anulaba el requisito de una distancia mínima entre salones de juego y centros educativos.

Sin embargo, un mes después, presentan la Estrategia Valenciana de Salud Mental y Adicciones 2024-2027. En ella, se reconoce de forma explícita que la Comunitat es la tercera región en uso compulsivo de internet entre escolares de 12 a 16 años.

Asociaciones como Patim piden, por encima de todo, una respuesta real por parte del sistema de salud público, que trate esas adicciones. Un problema de dependencia que, en algunos casos, está vinculado con el suicidio