La Casa de la Misericordia

València

Nos hemos trasladado al barrio del Carmen para hablar de un edificio hoy desaparecido pero que durante casi de tres siglos fue un referente en toda la ciudad, se trata de la primitiva Casa de la Misericordia de la que actualmente sólo se conserva la iglesia del siglo XIX, bajo la advocación de Nuestra Señora del Puig, que es donde nos encontramos.

Para entender la creación de este centro asistencial tenemos que recordar que en el siglo XVII el reino de Valencia está pasando por momentos difíciles después de la expulsión de los moriscos en 1609 que tuvo importantes consecuencias económicas, a lo que se le unió varios episodios de epidemias y hambre que provocaron que aumentara el número de personas sin recursos que vivían de la caridad asistencial.

El Hospital General y otros centros resultaban insuficientes para su atención por lo que el Consell decide en el año 1670 crear un nuevo edificio para albergar a los pobres que iban mendigando por las calles de València.

Se barajaron dos lugares para su edificación, el Hostal de la Sangre, junto al Convento San Francisco (hoy plaza del Ayuntamiento) o en los terrenos de la antigua Morería, eligiéndose finalmente este emplazamiento, que era el que proponía el arzobispo, y que además estaba situado a las afueras de la ciudad.

La cosa fue rápida y así el domingo 25 de marzo de 1675 fueron conducidos a la Casa de Nuestra Señora de la Misericordia en solemne procesión todos los pobres que se recogieron por la ciudad. La institución tuvo financiación pública pero fueron muy importantes las limosnas que recibía y las rentas de actividades como por ejemplo la concesión de la venta de agua en la ciudad.

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El modelo de edificación seguía las pautas conventuales, con varios patios y claustro y con pabellones distintos para separar los hombres de las mujeres. En principio estaban divididos en siete salas: tres para hombres: los impedidos, viejos y convalecientes en una, los útiles para el trabajo en otra y los niños en una aparte. Las mujeres estaban separadas de la misma forma y si había matrimonios, se les daba cuarto separado a cada uno.

El edificio fue modificándose a lo largo del tiempo y tuvo varias reformas importantes. Así en el siglo XVIII, el arzobispo Mayoral amplió la Casa de la Misericordia y también hizo profundos cambios en el ordenamiento de la misma haciendo que la institución no se limitara solamente a tener encerrados a los mendigos, sino que estableció que se debía ejercer una labor formativa para que pudieran trabajar y prosperar en la sociedad.

Dos de los cargos más importantes de la Casa de la Misericordia eran el clavario que se ocupaba de la administración y el alguacil que, entre otros menesteres, llevaba la relación de los niños y niñas que se les había puesto a “aprender un oficio o a servir” y visitaba las casas para ver si aprovechaban los niños, si se les trataba bien o se les alimentaba adecuadamente. Por lo general, a los niños se les colocaba en talleres y, bajo la supervisión del maestro, aprendían un oficio, mientras que a las niñas se las ponía a servir en las casas adineradas de la ciudad.

La Casa de la Misericordia cada vez iba acogiendo más personas, así por una Orden Real de 1799 se dispuso que, desde la edad de siete años, fueran trasladados a este centro los niños expósitos del Hospital General que no hubieran sido adoptados, para ser instruidos en algún oficio. Posteriormente en 1902, la Diputación Provincial, acordó que se trasladasen también a este centro los niños y niñas de 3 a 7 años procedentes de la Inclusa.

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A lo largo del siglo XVIII, la Casa de la Misericordia valenciana alcanzó fama peninsular por el régimen interno que tenía y por el gran número de indigentes que llegó a socorrer.

A partir del año 1858 la institución pasó a depender definitivamente de la Diputación Provincial y en 1876 se le encarga al arquitecto Joaquín Mª Belda un proyecto de reforma total del edificio (el proyecto se conserva en el Archivo Municipal) en el que se introducen cambios importantes tanto en las fachadas como en el interior, donde se ordenan diferentes patios claustrales, jardines y patios para los niños, talleres, etc. y se proyecta una nueva iglesia ya que la anterior era insuficiente para albergar a los más de 800 pobres que había en la Casa, a los que había que añadir además los fieles externos que iban a esta iglesia a los oficios religiosos.

Tras varios proyectos fallidos para construir la nueva iglesia, finalmente se colocó la primera piedra de la obra el 25 de octubre de 1875 y el arquitecto Joaquín Mª Calvo se hizo cargo del proyecto en el que se mezclaban elementos de diversos estilos arquitectónicos (neorrománico, neobizantino y neogótico) siguiendo las tendencias de la época. Por otra parte, también se sabe que el pintor Vicente López realizó el cuadro Virgen de la Misericordia en 1802 para el altar de una de las capillas. Actualmente este cuadro se conserva en el museo de Bellas Artes de València.

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Traslado de la institución y desaparición del edificio histórico

En 1947 la Casa de la Misericordia fue derribada, a excepción de la iglesia que fue cedida a los religiosos mercedarios, y los beneficios de la subasta del gran solar que ocupaba sirvieron para financiar un nuevo edificio asistencial en el barrio de La Fuensanta en el que se incluyó la formación profesional de los jóvenes a partir de los 7 años. Este nuevo centro se acabó de construir en 1952, fue inaugurado por Carmen Polo de Franco y siguió en uso hasta 1981.

A partir de esta fecha el edificio pasó a ser un Instituto de Secundaria y Bachillerato dependiente de la Conselleria de Educación también y también sede de la Universidad a Distancia (UNED).

(Texto de Pepa Pascual)

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