Del tardeo a la fiesta nocturna: así son las inspecciones policiales en discotecas y restaurantes de València

València

Durante las fiestas de Navidad, miles de personas se lanzan a la calle a celebrar estas fechas y muchas se reúnen en torno a la mesa de un restaurante o acuden a bailar a pubs y discotecas. El sector hostelero hace su agosto con esta campaña, gracias a las tradicionales comidas y cenas de empresa, amistades o familiares, aunque cada vez ganan mayor peso alternativas como el tardeo.

Para que la gente pueda disfrutar estas reuniones y celebraciones de forma segura, son fundamentales las inspecciones a los establecimientos que ofrecen este tipo de servicios. De esta labor también se encarga la Policía de la Generalitat, la unidad adscrita de la Policía Nacional en la Comunitat Valenciana. Miguel y Will forman parte del cuerpo policial. Salen de la comisaría del Pont de Fusta de València en dirección al centro de la ciudad. Van de paisano y subidos a un coche utilitario.

Arrancan la ronda para comprobar que estos establecimientos de ocio y restauración cumplen con la Ley de Espectáculos y vigilar si el tardeo y la noche transcurren con normalidad. Sobre todo, cuentan, el fin es garantizar la integridad y seguridad de la población. Que no haya alteraciones del orden, ni un sobreaforo en los locales y que tampoco se venda alcohol a menores, entre otras tareas.

Miguel y Will van de paisano. Como recuerda este último, es importante que no vayan con el uniforme para que nadie piense que puede haber un peligro. Durante esta tarde-noche, ambos van a realizar una labor fundamentalmente administrativa. No obstante, siempre hay por la zona vehículos uniformados, por si surgiera cualquier inconveniente durante las inspecciones.

Inspecciones todo el año, sobre todo en diciembre

Siempre hay grupos de agentes que llevan a cabo estas inspecciones durante todo el año, aunque explican que los trabajos se intensifican en diciembre, sobre todo en el tardeo y ocio nocturno. La Policía de la Generalitat no actúa solamente en València capital, también en toda la provincia. Lo mismo ocurre en las de Alicante y en Castellón. Según fuentes policiales, hasta el 30 de noviembre se hicieron más de 12.600 inspecciones en la Comunitat Valenciana, con un balance de unas 2.000 sanciones. A estos datos hay que sumar los trabajos de este mes de diciembre, por lo que prevén superar las 15.000 inspecciones y notificar cerca de 2.500 sanciones.

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Para que estos dispositivos den sus frutos, es fundamental que colaboren todas las administraciones y cuerpos de seguridad. Tanto Policía, Guardia Civil y Policía Local, como Generalitat y ayuntamientos. Miguel y Will subrayan que la comunicación debe ser fluida y que justo antes de fechas destacadas como Navidades o Halloween se reúnen en juntas para coordinar todas las actuaciones. Justo cuando van de camino a la primera discoteca que van a inspeccionar, se encuentran con un control de alcoholemia de la Policía Local de València. Al fin y al cabo, este es un trabajo en equipo.

Antes de arrancar la inspección, lo más complicado es aparcar en el centro de València. Consiguen estacionar y bajan del vehículo. Los agentes, carpeta y boli en mano, se encaminan a la discoteca. En la puerta principal, Miguel y Will se identifican ante los responsables del local y les enseñan sus placas. Comprueban que la licencia está expuesta al público, aunque les piden que a la entrada del local coloquen el panel informativo con el aforo del establecimiento, para que esté visible. Los niveles de acústica están dentro de lo normal, los extintores están revisados y hay planos de evacuación, por si en caso de emergencia se tuviera que desalojar el local.

Los policías recomiendan que siempre que se entre a una discoteca, por mucho que se vaya de fiesta, hay que fijarse en dónde están las salidas de emergencia. Aquí lo han encontrado todo en orden, pero en otras inspecciones han destapado varios estropicios, pues han llegado a ver en esas zonas de evacuación barriles de cerveza, botellines de refrescos e incluso bicicletas y motos. Sin embargo, reconocen que como norma general se cumple la normativa y no suelen ver barbaridades. Miguel destaca que, más que para sancionar, están para resolver problemas, siempre que se trate de cuestiones fáciles de solucionar y los responsables del local se muestren dispuestos a colaborar.

Del ritmo del tardeo al servicio de cenas

Después del tardeo, toca vigilar a los restaurantes que ofrecen servicio de cenas. Miguel y Will entran en un local pequeño, acogedor, en el que los comensales degustan tranquilos sus platos, ajenos a que allí se está llevando a cabo una inspección. El proceso es el mismo: identificación, repaso de documentación e inspección del local.

Los agentes añaden que la principal diferencia con pubs y discotecas es que en los bares también comprueban que la cocina esté en las mejores condiciones posibles, tanto la zona de cocinado como las cámaras de conservación de alimentos, y que el baño esté disponible para un uso adecuado, ya que en algunos casos "están destrozados". Eso sí, recuerdan que no son inspectores de Sanidad y que si detectan algo "llamativo", como suciedad o algunas plagas, de inmediato notifican la infracción a las administraciones sanitarias.

Mientras estos días la gente sale de fiesta con los suyos para celebrar la vida, labores como la de estos agentes velan por que todo esté correcto para que se pueda disfrutar de un ocio lo más seguro posible.