"La incertidumbre es un potente desestabilizador social"

València

La semana pasada hablamos del amor en el día de Sant Donís, pero hoy de todo lo contrario. De violencia, y de violencia juvenil. ¿No les parece inquietante que cada vez tengamos más noticias de jóvenes, porque la mayoría son chicos, que quedan en días festivos solo para pegarse?

Es un fenómeno preocupante, y es verdad que cada vez salen más noticias y reportajes sobre esta inquietante realidad. En muchos casos son casi niños. Y como suele suceder en estos casos, las soluciones se plantean, básicamente, desde las acciones policiales, que no está mal; pero creo que cuando existen fenómenos de esta tipología las causas son profundas y toca abordarlo con sentido común y rigor.

Lo llamativo es que afecta a jóvenes de todas las clases sociales por lo que vemos en las noticias y por los datos de la Fiscalía: desde peleas de pandillas en pueblos hasta jóvenes de familias con recursos que viven en colegios mayores.

Es un fenómeno generacional, en el sentido clásico del término. Es una violencia irracional, tribal, porque no tiene una motivación específica, y que suele ir acompañada del consumo de ciertas drogas con efectos motivadores para este tipo de acciones. No soy sociólogo ni psicólogo social, pero creo en lo que dicen algunos expertos: que ven en la falta de perspectiva en el futuro laboral, social, habitacional o de asimilación de ciertos valores, causas para entenderlo. La incertidumbre es un potente desestabilizador social.

Hace ya años, en 1999, se estrenó una película muy polémica dirigida por David Fincher e interpretada por Brad Pitt y Edward Norton que se llama “El club de la lucha”. Lo que se decía ya en uno de sus diálogos, en el discurso que Brad Pitt hace a los nuevos miembros del club es ilustrativo de lo que pasa actualmente: "somos los hijos malditos de la historia”.

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