"Es usted feliz en la vida real o prefiere instalarse en la virtual?"

València

¿Han visto esta semana esos ejemplos en los que la Inteligencia Artificial es capaz de imitar o suplantar a la perfección la voz de otras personas?

No han sido pocos casos esta última semana. Desde actores y actrices a políticos y, lo más grave, con las imágenes de menores desnudas creadas con programas de Inteligencia Artifical. Lo cierto es que da un poco de vértigo.

Y esto lo comento porque tal es la perfección de esas imágenes, tal su aparencia de realidad, con una tecnología que se aplicará en breve también a la imitación de nuestras caras y cuerpos, que hay gente que prefiere la copia al original.

Estoy convencido de que en no mucho tiempo esta cuestión, la de la Inteligencia Artificial y sus efectos, va a protagonizar debates muy profundos, que obligará a los Estados a resolver dilemas que ahora están en fase embrionaria. Sobre una pregunta fundamental:¿Es feliz usted en su realidad física o prefiere instalarse en una realidad virtual para sentir esa felicidad aunque sea pura ficción?

Una cuestión existencial con un dilema moral. Porque lo que se está haciendo, con ese desarrollo tan espectacular de la Inteligencia Artificial, es construir universos paralelos, que algunos llaman “El Metaverso”, capaces de hacerte creer que estás en otro mundo, viviendo experiencias divertidas, heroicas o incluso eróticas que en la vida real sabes que no vas a disfrutar. Y todo eso va a generar, como ya ocurre, una tremenda adicción, porque será como una droga.

Me viene a la cabeza la mejor escena posible para la cuestión que nos ocupa. Es de la película Matrix, de la primera de la saga. El momento en el que Morfeo, Laurence Fisbourne, le ofrece a Neo, interpretado por Keaneu Reeaves, la pastilla azul y la roja: una le mantendrá en el mundo irreal pero feliz en el que está instalado, la otra al mundo real, duro, feo, pero real.

¿Qué pastilla elegirían?