"¿Volvería a ser periodista?"

València

Este mes de julio mi idea era desansar algunos días, pero como a muchísimos compañeros y compañeras la campaña de las elecciones generales han alterado un poco los planes iniciales.

Este es un oficio en el que es muy difícil desconectar. Ser periodista te obliga, aunque no quieras, a estar pendiente de la actualidad estés donde estés. Por eso cuando algún amigo o amiga me dice que su hijo quiere estudiar periodismo me pongo a temblar.

Y lo hago porque tengo argumentos importantes a favor y en contra, y no sé cuáles elegir. De un lado, creo que es el oficio más apasionante, con la posibilidad de estar en contacto con una realidad que pocos pueden. Y, además, se puede, alguna vez, plantar cara a las injusticias.

Pero también tengo muchos argumentos en contra. Es un trabajo intensivo, no es fácil desconectar, se trabaja duro, no siempre está bien compensado económicamente y, además, te puedes crear poderosos enemigos. Y lo más importante es que compites cada día. Aquí lo que publicas, que puede ser un trabajo de muchas horas o incluso días, deja de tener valor al día siguiente. Un escritor o un realizador pueden hacer obras que se recuerden toda la vida.

Eso sí, yo me suelo hacer otra pregunta. ¿Qué haría yo ahora con todo lo que sé si tuviera 18 años? ¿volvería a hacer la carrera de periodismo? Y al final siempre pienso que si no estamos nosotros y nosotras, ¿quién va a contar lo que no quieren que contemos los poderosos? Me viene a la cabeza un corte de voz que creo lo resume bien. Se trata de la película “Los papeles del Pentágono” y de un gran dialogo entre Tom Hanks y Meryl Streep. Él hace del mítico director del Washington Post, Ben Bradlee y ella de la no menos mítica editora del diario.

Así que si me vuelvo a hacer la pregunta sobre lo que haría si volviese atrás, probablemente repetiría y volvería a ser periodista... aunque esta vez para programas del corazón.