“Un beso y una flor”, el álbum que consagró a Nino Bravo
Nos sumergimos en el tercer álbum de Nino Bravo, considerado como el disco de su consagración definitiva, y al que la crítica, al fin, aplaudió de forma unánime reconociendo el inmenso talento del artista valenciano, con canciones como "Un beso y una flor" o "Cartas amarillas".
València
Llegamos al capítulo 7 de “Querido Nino” bajo el título de “Cartas y flores”. En él, nos sumergimos en el tercer álbum de Nino Bravo, considerado como el disco de su consagración definitiva, y al que la crítica, al fin, aplaudió de forma unánime reconociendo el inmenso talento del artista valenciano.
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Por supuesto, el gran éxito de este álbum le debe mucho a la canción que lo titula: “Un beso y una flor”, una legendaria pieza de Herrero/Armenteros y que, a día de hoy, sigue siendo la canción más escuchada de Nino Bravo. Un tema, para el que se grabó un videoclip a color en las Islas Baleares, a instancias del Ministerio de Información y Turismo, y que habla de todo lo que se deja atrás cuando se emprende una nueva vida lejos de tu hogar y tus seres queridos.
Pero este álbum también contiene otro de los clásicos de Nino Bravo, una inmensa canción de Juan Carlos Calderón, que inexplicablemente, no llegó a salir como single: “Cartas Amarillas”. Una balada monumental, y muy difícil de interpretar, como explicamos en este capítulo de Querido Nino.
Recordaremos también como, al calor del éxito de su tercer álbum, Nino Bravo quiso ofrecer un concierto muy especial en el Teatro Principal de Valencia, y en el dia grande de las Fallas de 1972. En aquella ocasión Los Superson estaban de espectadores, mientras en el escenario Nino Bravo estaba arropado por la orquesta Levante Jazz, dirigida por Manolo Gas, y con el valenciano Jesús Gluck al piano, quien más tarde se iba a convertir en prestigioso arreglista, productor y autor de numerosas bandas sonoras del cine español. En aquel concierto, Nino Bravo estrenó su famoso cinturón con las iniciales “NB” y el traje de mono diseñados por el modisto valenciano Juan Izquierdo.
Nos acercaremos a la personalidad de Nino Bravo aludiendo a una de sus virtudes más reconocidas: su generosidad, su empeño por ayudar a conocidos y desconocidos, por interesarse por las dificultades de otros, y por participar desinteresadamente en cuantas causas solidarias fue demandado, desde homenajes a compañeros de profesión, hasta conciertos para recaudar fondos, sea para la reconstrucción de teatros, sea para las víctimas del terremoto de Managua. Incluso se atrevió a torear un becerro, algo de lo que no era muy amigo, a beneficio de la Asociación Valenciana de Caridad. Fue en marzo de 1971, en la Plaza de Toros de Valencia.
El cartel del grandioso festival taurino anunciaba, literalmente, a Nino Bravo, el ídolo de multitudes, Basilio, el cantante de color, Ernesto, el ídolo de la juventud, y Suco y los Escorpiones, entre otros.
Finalmente, dedicaremos unos minutos a hablar del carácter de Nino Bravo. ¿Es cierto que era serio y distante en un primer encuentro, pero luego cordial y campechano cuando cogía confianza? ¿Realmente era tan exigente cuando estaba trabajando? ¿Qué relación tuvo con su familia y amigos más allegados? ¿Y con la prensa? Responderemos a todas estas preguntas en este nuevo capítulo de “Querido Nino”.
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Arturo Blay
Editor del programa Hoy por Hoy Valencia desde 2023. Anteriormente editor de Hoy por Hoy Locos por Valencia...