La primavera arranca en Alicante con un marzo seco, pese a la necesidad acuciante de lluvia
En Hoy por Hoy Alicante, el jefe de Climatología de la AEMET en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, advierte de un déficit de precipitaciones de un 40% en la provincia

José Ángel Núñez, jefe de Climatología de AEMET en la Comunidad Valenciana, en Hoy por Hoy Alicante
11:44
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alicante
Se acerca un fin de semana de nuevo con temperaturas altas para cerrar un mes de marzo caracterizado por la ausencia de lluvias y que cierra un invierno también seco y con "anomalías tanto frías como cálidas".
Lo ha explicado en Hoy por Hoy Alicante, el jefe de Climatología de la AEMET en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez, que ha recordado el calor excepcional que se vivió en la primera parte del invierno hasta mediado enero, y luego los episodios de anomalías frías que salpicaron finales de enero y mitad de febrero.
Pero, sobre todo, destaca la ausencia de lluvia desde que se inició el pasado octubre el actual año hidrológico, con un déficit de precipitaciones de casi el 40% en el promedio de la provincia, y en la capital del 60%.
Ha llovido sobre todo en el norte y en la zona de montaña, incluido este marzo, pero nada que ver con el año pasado "excepcional", dice, donde se registraron días consecutivos de lluvias en marzo y abril, frente a este inicio de primavera, que arranca seco, pese a que es acuciante la lluvia.
Aunque se prevé una primavera húmeda, no hay pruebas de que las precipitaciones se vayan a apartar de la media.
A partir de la próxima semana ya se normalizarán los valores, y de cara a la Semana Santa aún está lejos para pronósticos, concluye.
Señala Núñez que el cambio climático no es como una pandemia; su carácter no es explosivo, sino acumulativo, con cada vez fenómenos más extremos, olas de calor más frecuentes y por ello, dice, urge tomar medidas antes de que en 20 años sea demasiado tarde.
Apunta que "nuestra zona es vulnerable", porque estamos en la frontera entre climas atlánticos y desérticos y somos por tanto los primeros en percibir los cambios, y en las costas mediterráneas se observan con claridad, algo que ya se ha visto en las olas de calor, los incendios de este verano y los efectos en la agricultura.
Las emisiones de gases con efecto invernadero no dejan de crecer y la ONU, recuerda, acaba de instar a reducirlas a la mitad de aquí a 2030. Pero considera difícil limitar el calentamiento global a 1'5 grados, el objetivo actual.