Los voluntarios nucieros de la ONG Usar 13 ya están en Turquía
Uno de sus responsables, Miguel Ángel Rodríguez, explica los pormenores de la operación que están llevando a cabo en la zona cero del terremoto

Los voluntarios nucieros de la ONG Usar 13 ya están en Turquía
09:20
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
La Nucía
Varios efectivos humanos y caninos de la ONG nuciera Usar 13 se encuentran ya desplegados en Turquía en una lucha contra el reloj por tratar de salvar el mayor número de vidas posible tras el terremoto que afectó al sur de aquel país y al norte de Siria el pasado lunes y que suma ya más de 12.000 muertos según las cifras oficiales.
Después de partir desde el aeropuerto valenciano de Manises en la tarde del miércoles, los voluntarios nucieros trabajan, desde las ocho de la mañana de este jueves, sobre el terreno. Miguel Ángel Rodríguez, uno de los responsables de la organización y que ha participado activamente en las labores de logística que han hecho posible el traslado –aunque finalmente no ha podido viajar–, ha pasado hoy por los micrófonos de Radio Benidorm-SER para explicar el operativo que sus compañeros van a llevar a cabo en Turquía.
Rodríguez ha explicado que el viaje «se empezó a organizar el propio lunes de madrugada, pero es algo muy complicado porque nosotros somos una ONG pequeña y, por lo tanto, tenemos mucha gente que tiene su trabajo y eso hace que sea muy complicado enviar efectivos tan rápido y tan lejos».
Aunque «en un principio íbamos a volar pagándonos nuestro billete con los fondos de la ONG», Miguel Ángel Rodríguez explica que en el último momento «intervino el Consorcio Provincial de Bomberos a echarnos una mano y, a través de la Embajada, pudimos sacarnos unos billetes para volar directamente a Turquía».
Finalmente, tal y como relata este voluntario y vocal de la junta directiva de la ONG nuciera, «el grupo está formado por nueve personas. Tenemos un sanitario y un guía canino de Usar 13 y también han viajado tres guías más del Consorcio Provincial de Bomberos y otros tres bomberos especialistas en rescates en altura y estructuras colapsadas».
Respecto a la dinámica de trabajo que seguirán sus compañeros desplegados en la zona cero del terremoto, Miguel Ángel Rodríguez explica que los responsables locales de la emergencia «nos mandan a una zona concreta, que puede ser un edificio, y allí se mandan los perros. Si un primer perro marca algo, se manda otro para confirmar la marcación. Si eso sucede, es cuando se inician las labores de desescombro».
Un trabajo que implica un enorme reto logístico ya que es mucho el material que los rescatistas tienen que desplazar hasta su zona de actuación. «Por eso en las fotos que se han hecho públicas se ve que viajamos con tantos cajones negros», explica Rodríguez. «Allí llevamos material como motopicos, sierras radiales, compresores, generadores… Eso hace que viajar en vuelos regulares sea un problema debido al peso que llevamos. En este caso, hemos pesado 600 kilos de material más las mochilas de los nueve voluntarios, con lo que nos vamos a 800 kilos, que es una barbaridad si lo tuviéramos que pagar nosotros».
Esta misión de rescate de víctimas tras el devastador terremoto sufrido en la región, de extrema dificultad técnica, resulta algo más sencilla gracias a las instalaciones con las que cuenta la ONG Usar 13 en La Nucía, donde gestiona uno de los mejores campos de entrenamiento en estructuras colapsadas que existen en España y en Europa.
Hasta allí, cada año, se desplazan decenas de equipos de distintos consorcios de bomberos de España, la Unidad Militar de Emergencias (ya desplegada en Turquía) y del Cuerpo Nacional de Policía o policías locales de toda España y otros países de Europa.
Miguel Ángel Rodríguez explica que «tener esas instalaciones en La Nucía es una maravilla. Tener un campo de entrenamiento como este, con todos los escombros, las planchas de hormigón, los hierros y toda esa dificultad hace que al llegar a una situación real como esta, sea muy sencillo para los perros. Un perro que nunca haya pisado el escombro y no esté acostumbrado a ir entre hierros, varillas y cascotes, recula un poco y esto le ofrece una dinámica de trabajo impresionante».