El reto de navegar dando la vuelta al mundo, en solitario y sin escalas

Valencia

Juan Merediz es una de las referencias en la navegacion oceánica en nuestro país. Ha participado en la MINI-TRANSAT de 1995, cruzando el Atlántico en solitario en un velero de 6,5 metros de eslora, y en la regata Solitarie Le Figaro de 1997. Destaca también su participación en la regata de vuelta al mundo Barcelona World Race 2010/2011, con una tripulación de dos skippers en cada barco, regata que, desgraciademnte, no pudo completar a causa de una avería.

De todo ello nos ha hablado Juan Merediz en su entrevista en 'Hoy por Hoy Comunitat Valenciana'. Pero, sobre todo, de su gran reto de este 2023: su participación en el Global Solo Challenge, que arrancará en septiembre en A Coruña y finalizará cerca de tres meses después en la misma localidad, tras pasar por los tres grandes Cabos.

Según explican los organizadores, el formato es diferente a cualquier otra vuelta al mundo. Está diseñado para que sea equitativo y emocionante para los patrones, y atractivo y fácil de seguir para el público y los patrocinadores a partir de estas sencillas reglas:

1. Los barcos se agruparán según sus características de rendimiento y saldrán en salidas escalonadas en un plazo de tres meses.

2. Una vez en el mar, no hay división de clases. Todos los barcos formarán parte del mismo evento, sean cuales sean sus características. Así que, los barcos más rápidos tendrán que intentar alcanzar a los más lentos que salieron antes. Esta «persecución» generará gran emoción tanto entre el público como entre los mismos patrones.

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3. El primer barco en cruzar la línea de llegada, gana. El handicap de cada barco se tiene en cuenta al principio, con las salidas escalonadas, eliminando así la necesidad de calcular los tiempos compensados al final del evento.

En el caso de Juan Merediz, navegará con el velero POGO 40S, un barco de la Clase 40, que son barcos construidos en fibra de vidrio, con eslora máxima de 12,19 metros y manga de 4,50, con un calado de 3 metros. Su salida está prevista para el 4 de noviembre. Recordemos que en esta competición los barcos salen en solitario antes que los más rápidos, y después de los más lentos, así, ya en el agua, todos quedan equiparados. No obstante, Juan reconoce que lo más difícil no va a ser acabar la regata, sino conseguir llevar el barco a la salida, por las necesidades de financiación para llevara cabo este proyecto, y para la que pide ayuda a través de https://makeachamp.com/juanmerediz/39661, con la posibilidad de inscribir tu nombre en el barco, e incluso pasear en el mismo.

Una vez la regata ha comenzado, reconoce Juan que lo que más cuenta es la experiencia y capacidad para enfrentarse a grandes olas como las del Gran Sur. Afortunadamente, su barco está preparado para ello, es un barco planeador, que hace mucho camino directo hacia adelante. Para ser efectivo, el barco carece de todo tipo de comodidades; sin neveras, ni baño, ni aseo. Por tanto, hay que ser muy disciplinado con el agua, también para asearse lo justo. El habitáculo es tan reducido que suelen dormir en tiradas muy cortas de no más de veinte minutos, y encima de las velas.

Pese a todo, dice Juan, uno se acostumbra incluso a tener que llevar comida para tres meses sin posibilidad de reponer y ajustando al máximo el espacio. Y por si esto fuera poco, habrá que hacer frente al frío (entre 3 y 5 grados al sur) sin ningún tipo de calefacción.

El barco de Juan Merediz es también un barco pensado en la sostenibilidad; nada de motores de combustión, aprovechando al máximo la energía solar. Y es un barco 'fallero', porque está decorado con motivos falleros, y el deseo de Juan Tamariz es poder estar de regreso para las Fallas de 2024.