El pasaje del cartelista Wila

Valencia

En el nomenclátor urbano de la ciudad de València podemos encontrar todavía calles, plazas y pasajes rotulados bajo el nombre genérico de EP-En Proyecto. Se trata en su mayoría de vías nuevas prácticamente sin urbanizar o espacios urbanos que sobre plano no fueron calificados como vías pero que la tozuda realidad, que en nuestra ciudad suele diferir bastante de lo proyectado, hace que sea necesaria una denominación para poder localizar el espacio en cuestión. Este sería el ejemplo del conocido como pasaje EP junto a Librero Esclapés, una pequeña calle peatonal del barrio de Torrefiel, situada junto al mercado homónimo, entre la citada calle del Librero Esclapés y la del pintor Jacomart. Un escondido rincón de la ciudad que desde hace unas semanas dejará de tener un nombre interino para rendir oficialmente homenaje al último gran cartelista de la Guerra Civil, el pintor Vicente Vila Gimeno.

Tal y como reproducen las biografías oficiales, Vicente Vila Gimeno nació en València el 30 de abril de 1908. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde obtuvo el premio extraordinario de fin de carrera y entró en contacto con el círculo de artistas progresistas liderado por Josep Renau. Fue un habitual de la Sala Blava d’Acció d’Art, el lugar de encuentro de los artistas renovadores de la València de los años 30, y mantuvo una estrecha relación con José Sabina Parra, su director, y con otros artistas como Canet, Raga, Ballester, Dubón, Pérez Contel, Monleón y un largo etcétera. Durante la II República se integró en la Unión de Escritores y Artistas Proletarios, y al estallar la Guerra Civil se adhirió a la causa republicana, trabajando en el taller de Artes Gráficas de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, desde donde realizó numerosos carteles de temática bélica firmados bajo el seudónimo Wila. Entre los carteles que firmó durante la contienda destaca el titulado "El analfabetismo ciega el espíritu". Soldado instrúyete, uno de los carteles de la guerra más difundidos y reproducidos, que muestra la cabeza de un miliciano con los ojos vendados frente a un libro abierto, señalando así que otra de las armas para derrotar al fascismo era la instrucción de los milicianos.

Tras la Guerra Civil consiguió evitar el exilio y las represalias instalándose en Madrid, y a su vez logró conservar su producción como cartelista escondiendo los rollos en un piso de València, de donde posteriormente los recuperó y fueron catalogados por distintos archivos, entre ellos el de la Universitat de València. En la capital de España llegó a ser profesor de la Escuela de Artes y Oficios, pero siguió muy vinculado a su tierra natal a través de la compañía cinematográfica CIFESA, para la que realizó decenas de carteles y decoró las fachadas de muchos cines. También participó en decorados de películas, como "55 días en Pekín", y siguió participando en los concursos de carteles de Fallas y la Feria de Julio de València, en los que alcanzó grandes éxitos, aunque ya no estabán firmados con el seudónimo Wila, sino como Vicent, para evitar posibles suspicacias, como también hicieron otros cartelistas como Rafael Raga.

Vicente Vila murió en Madrid en 2009 a los 101 años de edad. Como muchos de los artistas vinculados al bando republicano durante la Guerra Civil, su obra y su memoria fueron silenciadas durante el franquismo. Sirva este pequeño gesto de rotular una calle con su nombre en su ciudad natal para recordar a este gran pintor, acuarelista y cartelista valenciano.